RECORTES DE PRENSA
El 18 de mayo de 1930, el crítico de ABC, Gregorio Corrochano, refiriéndose a los lances que dío Curro Puya en Madrid, escribia:
“Yo tenía un reloj. No creía del todo en él, porque suelo llegar tarde adonde me propongo ir. Pero lo conservaba por sí el reloj de los otros adelantaba. Desde ayer no tengo reloj. Ayer me convencí de su inutilidad. Quise ver, reloj en mano, lo que tardaba en dar un lance de capa Gitanillo de Triana. Y cuando miré el reloj, el reloj se había parado. No estoy muy seguro de que se parase mi reloj, porque pregunté a mi adyacente en el tendido, un hombre de barba blanca y jovial, como Noel figura simbólica del tiempo, y al hombre de la barba blanca se le había parado también el reloj. Entonces pensé si acaso no era el tiempo el que se había parado.Porque en aquél instante se había parado el toro, el toro que es fuerza -masa por velocidad,delante de un débil obstáculo como un capote de seda. ¿Porqué los toros pasan veloces, ciegos de instinto, delante de los capotes de los toreros, y por qué delante de este capote cambian de ritmo y dominan su instinto? Misterio. Cada hombre tiene su movimiento, porque cada hombre lleva en su pecho el reloj enforma de corazón. El de este Gitano de Triana es, sin duda, grave, lento, como si ya fuera a pararse. ¿Pero acaso no se para? Dime, Curro Puya, ¿se tepara el corazón cuando toreas?Porque ayer creo que se paró el mío viéndote torear. ¿Cuánto tardaste en aquellos lances del sexto toro y aquel quite del primero? ¿Tú lo sabes? Yo lo sabría si no se me hubiera parado mi reloj.”
Fuente: EL AFICIONADO, Órgano de expresión de la Asociación Cultural, La Cacaña Brava, Nº 32 - octubre de 2010, Pagina 11.
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