Lo que va del toro a la mona
Yo creo que pocas veces ha habido tanta unanimidad. A lo mejor es que algo se está moviendo, pero el hecho es que prácticamente todo el mundo que publica su opinión va en el sentido del fiasco ganadero de Valencia y de que por ese camino vamos a la ruina. Porque aquí no hablamos de que los toros hayan sido más o menos descastados o fuera de tipo, no hablamos de si se caen o no; hablamos de que eso que se ha visto en Valencia no son toros en sentido estricto. Son otra cosa, bóvidos semiamaestrados o materia artística, pero no toros. Y la ruina del toro, el animal, es la ruina de los toros, el espectáculo.
La única emoción que se ha visto en la plaza de la calle de Játiva la trajo precisamente el toro. Los toros de Adolfo Martín, con sus complicaciones, con su mansedumbre, con su casta, con sus intenciones, con su seriedad, hicieron el papel que se demanda del toro de lidia, que es crear complicaciones y dificultades a sus matadores, que para eso llevan entrenándose y cogiendo oficio desde que les salieron los dientes.
Yo no soy aficionado al balompié ni en general a los deportes salvo, al boxeo, pero por hacer un símil, lo que vemos en las plazas de toros cada día es como si el Real Madrid o el Barcelona (Juli, Manzanares, Ponce,Cayetano...) sólo quisiesen jugar contra la Ponferradina (Cuvillo, Juan Pedro, Garcigrande, Martelilla...), alegando que la excelsa clase de sus jugadores sólo brilla adecuadamente con equipos muy inferiores y que así es como el auténtico amante del fútbol puede degustar la calidad y el arte del equipo. El resultado de ese planteamiento sería que en seguida las gentes perderían el interés por ese espectáculo degradado, puesto que lo que las gentes demandarían sería ver a sus ídolos enfrentados a otros iguales a ellos, de similar condición, unos más duros, otros más ásperos, aunque eso fuese en detrimento del arte balompédico, de los toques y las jugadas ensayadas. Se perdería en arte y se ganaría en emoción y autenticidad.
Pues en los toros, pasa exactamente lo mismo. No se puede ir a la plaza a esperar que a un tío se le ocurra enhebrar tres series de redondos y una de naturales y a ver si clava el estoque donde sea para tundirle a orejas peludas; que además no suele pasar ni eso, porque los toros es un espectáculo completo, desde que el animal sale a la arena, se le para de capa, se le pone al caballo y se le pica, se le banderillea, se le torea de muleta y se le mata. Y en todo eso, muy de tarde en tarde, aparece lo que algunos llaman arte, que yo lo prefiero llamar el toreo. Pero quien da el interés, la emoción y la gracia, quien crea las dificultades, quien representa el problema, quien eleva al torero y le transforma en un ser especial es el toro, que es la base esencial del espectáculo. Digo toro como contraposición a mona, que es lo que la deformada sensibilidad contemporánea nos presenta como material artístico. La diferencia entre ambos extremos se mide en bostezos.
José Ramón Márquez
Usar y tirar (Publicado en el blog ”Salmonetes Ya No Nos Quedan” el martes 22 de marzo de 2011) Fuente: El Aficionado. Órgano de expresión, de la Asociación el Toro de Madrid, n°38 Año 2011.
USAR Y TIRAR
Todos los días nos usan, pero todos los días nos tiran o, repito, nos abandonan. Por lo que es lógico que nunca, como arriba indico, nos reciclen ¿Cuántas nuevas comidas podrían darse si reciclaran lo que desechan y pudieran convertirlo en alimento joven? Pero no, nosotros estorbamos fuera de la plaza, pero somos imprescindibles dentro de la misma.
Somos los pobres que les llevamos y servimos la comida, pero cuando el mantel está puesto para empezar nos “invitan”...a que nos vayamos, porque ya hemos cumplido nuestro deber, el de acatamiento y sumisión. Al mencionado tripartito se le da todo hecho: al torero, su toro; al ganadero, sus toros para sus toreros; al empresario, sus ganaderos y sus toreros. Y queda el espectador, a quien también le tienen que dar todo hecho: su taquilla abierta, para que puedan vivir los ganaderos, los empresarios y los toreros.
Por favor, señores, no nos usen y tiren; y si tenemos el pecado de ser generaciones de antaño, reciclen lo que vayan a tirar que, por su bien, ya vendrán otras nuevas que les seguirán sirviendo la comida.
Gonzalo García de Castro
Aficionado y miembro de la Asociación El Toro de Madrid
Fuente: El Aficionado. Órgano de expresión, de la Asociación el Toro de Madrid, n°38 Año 2011.
Muy cierto,es notoria la falta del toro întegro,con edad y poder,que es el que deberîa salir a la arena,con nobleza de bravo,que no bobo.Es el toro que emociona comtemplar.
ResponderEliminarOjalâ se recupere y que las llamadas figuras hagan gestas como debe corresponder a su categorîa y ser valorados por la aficiôn.
E.A.V.