Páginas

jueves, septiembre 01, 2011

EL CRÍTICO TAURINO ALFONSO NAVALÓN Y CIERTA "CRÍTICA" TAURINA

LOS CRITICOS DE LOS 70.
En aquella época los únicos críticos con duros éramos Joaquín Vidal, en El País y servidor, en PUEBLO. Los demás molestaban muy poco a los toreros y para más escarnio colaboraban descaradamente en sus campañas de publicidad. No tengo noticias y ahí están las hemerotecas para demostrarlo que el paniaguado de Vicente Zabala desde las páginas influyentes de A B C denunciara el afeitado ni los trucos de las figuras. Se dedicaba a bailarle el agua al poder y a los que mandaban. Únicamente por despecho atacó un poco a Julio Robles cuando dejó de apoderarlo Ángel Luis Bienvenida para irse con Victoriano Valencia. 
LOS CRÍTICOS VENDIDOS
Seguimos con el cine. Con los críticos vendidos y con las campañas publicitarias para engañar al público. Seguimos con el abrumador lanzamiento publicitario de 'Juana la Loca', presentada como un acontecimiento del séptimo arte y a la hora de la verdad el espectador se encuentra con una historia mal contada, llena de errores históricos, lenta y desperdiciando apasionantes pasajes de la desdichada reina. Casualmente cayó en mis manos el libro de Julio Abajo de Pablos 'Mis charlas con Juan Antonio Bardem', editado en el 96. Hablando de la película 'A las cinco de la tarde' dice el gran director: "Hubo implicaciones no solo de la censura cinematográfica, sino de la censura taurina. Me forzaron a quitar una escena entera porque se veía a los críticos taurinos recibiendo dinero de los toreros, lo cual es cosa que todo el mundo sabe, pero me lo hicieron quitar. Ciertos críticos taurinos hicieron presión con los críticos de cine de más poder y éstos hicieron chantaje a la Metro diciendo que si no cortaban esas escenas dirían todo lo peor sobre la película. No me quedó más remedio que ceder al chantaje". Como veréis, la corrupción y el soborno de quienes tienen la obligación de contar la verdad han hecho tanto daño en el cine como en los toros. Sólo así se explica que una película sin calidad haya abrumado empalagosamente la atención del público despertando la curiosidad por ver algo que no vale la pena. Sin embargo, la semana pasada, cuando fui a la sesión de las ocho de la tarde sólo estábamos tres parejas en la sala. Lo peor es que creo que está propuesta para varios premios y para representarnos en concursos internacionales. Y eso ya es más grave. Porque sobornar a los críticos es fácil, pero que los jurados se presten a señalar esta muermada como algo representativo del cine español demuestra hasta qué punto el dinero de las promociones sirve para equivocar a las masas. Creo que esta película pasará al cementerio de las filmotecas sin que ninguna sala se atreva a reponerla. Pero mientras tanto, cientos de miles de españoles han sido engañados cuando iban a la taquilla ilusionados por ver algo bueno. No vale la pena insistir sobre los errores históricos, la falta de documentación y una escenificación acartonada y teatral cuando estamos ante uno de los pasajes más movidos y con mayor intriga en la historia de España. La hermosa y trágica historia de la pobre reina ha sido tratada con irresponsable frivolidad y para colmo carece de exteriores con cierta agilidad cinematográfica. Hay un permanente abuso de los primeros planos y de los estridentes efectos de sonido. Por ejemplo, para los que conocemos el campo profundamente, nos sobresaltó el sonido de los cascos de los caballos que nada tienen que ver con la realidad, es como si en vez del bramido de un toro sale el balido de una oveja. Y parece mentira que en plena época caballeresca, el actor que hace de Felipe el Hermoso se baje del caballo por delante echando la pierna sobre el pomo de la silla y sacando el pie izquierdo del estribo. Ni al caballista más tonto se le ocurre semejante estupidez y mucho menos en aquella época de consumados caballistas. Como espectador ajeno y profano a las intrigas del cine, denuncio este rosario de falsedades que ofenden a cualquier espectador medianamente documentado. Como en los toros, aquí se inventan también montajes como el tinglado de Martín Arranz con Joselito y José Tomás, que van por las ferias con sello de figuras cuando se trata de una burda falsificación del arte del toreo. Menos mal que en Méjico les han parado los pies cerrándole el paso en la plaza más importante. Pero esta temporada en España seguirá la farsa y el engño. Porque, como en la difusión de esta película, los críticos están vendidos.
DESPUES DE VIDAL ¡EL DILUVIO!
En medio del caos del cordobesismo, la Fiesta se hundió en la corrupción de todos los trapicheos del taurinismo para llevarse el dinero de aquel público deslumbrado por un fenómeno de masas que convirtió el toreo en un circo. Echaron a los aficionados y los tendidos se llenaron de espectadores que sólo iban a ver el salto de la rana y les importaba un pito que el toro fuera sustituido por el utrero 'regordío' echando sangre por los pitones. Afortunadamente surgió entonces una hornada de críticos, luchando por defender el respeto al toro y las normas del buen toreo. Hubo también una guerra abierta para denunciar a los cronistas vendidos al sobre de los toreros y tribunas tan importantes como 'Informaciones' y 'Pueblo' sustituyeron a los publicitarios corruptos por una información al servicio de la decencia del espectáculo. Gracias a aquellos críticos se recuperó gran parte de la seriedad de las corridas: Se legalizó la edad de los toros y en una sola temporada el Ministerio de Interior puso más de cien multas por afeitado. Se desterró el abuso del pico de la muleta. Se armó tal escándalo con el rabo de Palomo Linares que el esforzado matador ya no volvió a dar ni una vuelta al ruedo en Madrid en el resto de su carrera y Manzanares fue incapaz de cortar una oreja durante doce temporadas consecutivas. El público y la crítica unidos mantuvieron a raya a los estraperlistas del toreo. Pero vino la contraofensiva de los corruptos y la televisión estatal fue ocupada por sucesivos colaboradores del fraude: Lozano Sevilla, Campos de España Floridos en Primavera, Zabala, Gordillo, hasta llegar a la suprema desvergüenza del fenicio Molés, haciéndoles el juego a los empresarios y las figuras. Ahora nos toca padecer al hortera del Palabrero Fernández que cada tarde hace una apología de su pertinaz ignorancia al servicio de los que mandan. Muchos de los críticos 'guerrilleros' pensaron más en asegurar sus garbanzos que en servir al público, y llegó la gran deserción del pobre Zabala que, logrado el pesebre de 'ABC' se pasó al enemigo poniéndose al servicio de Chopera y del público del clavel para aniquilar a la andanada del 8 y al tendido siete, como supervivientes del sector contestario de Las Ventas. Unos tras otros los críticos se fueron pasando al enemigo. A principios de los 80 tuve que retirarme y se quedó solo Joaquín Vidal, que llegó el último y se puso el primero, como único punto de referencia para los buenos aficionados. Joaquín trajo la frescura de su estilo irónico, su independencia y su mirada escéptica hacia un espectáculo que daba por perdido ante la fuerza y la desvergüenza de los explotadores. Se atrincheró en su solitario baluarte y aguantó los desaforados ataques de todos los corruptos, aliados contra él, hasta amargarle la vida. Ahora los pocos aficionados que quedan y la nueva ola de inconformistas contemplan desolados que Joaquín ya no estuvo en las Fallas de Valencia donde sus crónicas fueron sustituidas por las del paniaguado Sobrino. Tampoco está en la feria de Sevilla y me temo que no podrá escribir en San Isidro. Joaquín lucha ahora por sobrevivir a la cornada de una grave enfermedad y los aficionados se sienten más solos que nunca sin el único amparo que les quedaba. Salvo Javier Villán, que mantiene con dignidad su parcela en 'El Mundo', el panorama de la crítica es un verdadero desierto, sin nadie que se atreva a luchar contra el fraude que invade todas las ferias, empezando por Madrid. Las nuevas generaciones de cronistas han sido amaestrados bajo la tutela del Fenicio Molés y El Palabrero Fernández. Son una manada de mastines educados para comer y callar. Hay algunos apuntes de nuevos valores como Rosa Jiménez, a quienes se les cierran todas las puertas a sus deseos de informar con independencia. Todo lo demás está copado por los acólitos de Molés y 'Fernández Roldán', con el apéndice esperpéntico de 'Pedro Joder Cáncer' en su analfabetismo radiofónico. Por más que buceo en los medios de difusión nacional, no encuentro a ningún escribidor o parlanchín para ocupar el vacío que nos va dejando Joaquín Vidal. Ni un solo nombre para ejercer la crítica con capacidad y decencia. Las dos revistas 'especializadas' están descaradamente vendidas a la publicidad de los toreros y por ejemplo en las crónicas de Fallas de '6 Toros 6', he leído a un tal José Luis Ramón una blasfemia de inconcebible ignorancia. O más bien servilismo. Ensalza "la profundidad de los derechazos a pies juntos de José Tomás". ¿Cómo se puede escribir semejante bestialidad? Se puede ser partidario de un torero, pero hasta para mentir hay que tener cierta sensatez. La profundidad de un muletazo es todo lo contrario del toreo con los pies juntos. El tal Ramón ha hecho un alarde de incultura taurina, o de caradura. Lo dicho: Después de Joaquín Vidal, ¡el diluvio! .

PARA INDOCUMENTADOS IRRESPONSABLES EL LIMPIO HISTORIAL DE ALFONSO NAVALÓN.
Pertenece a una familia acomodada en posesión de tres fincas con más de mil hectáreas: "El Águila", "Las Carboneras" y "El Berrocal". Por tanto, nunca ha tenido necesidad de venderse a los taurinos. Estudio Derecho en la Real Universidad de El Escorial y en la de Salamanca. Siempre como torero aficionado toreó la primer vez a los nueve años y mató el primer novillo en público a los catorce. Alternó con todas las figuras grandes figuras de su época en festivales benéficos: Domingo Ortega, Ordóñez , El Viti, Manolo Vázquez, El Capea, Robles, Manzanares, etc. Se retiró en 1984 con novillos de su ganadería formando cartel con Antoñete y Roberto Domínguez, cortando las orejas y el rabo. Como ganadero ha cosechado grandes éxitos: El toro "Caminero " fue indultado en un mano a mano entre Esplá y El Yiyo. Empieza a escribir de toros en 1964 en "El Ruedo", atacando el "sobre" de los cronistas vendidos, el afeitado y el fraude de la edad . Al año siguiente recibe el "Premio a la honestidad en el ejercicio de la crítica" . Pasa, en 1967, al diario "Informaciones" donde con sus crónicas consigue subir la tirada desde 7.000 ejemplares hasta 53.000 en un solo año. Luego escribe en "Pueblo" y "Diario 16". Es el único crítico de la historia al que los aficionados de Madrid lo han sacado en hombros de la plaza de Las Ventas: ¡dos veces! En pleno franquismo consiguió la destitución del presidente Pangua por el fraude del rabo de Palomo. Su único libro "Viaje a los toros del Sol" fue de declarado texto oficia del idioma castellano en la Universidad de París, prueba irrefutable de su calidad literaria.Ha perseguido incansablemente el soborno de los críticos, el afeitado y los abusos de las figuras y los grandes empresarios. Logro que el Ministerio de Interior impusiera en una sola temporada 126 multas por afeitado. En 1968 consigue la legalización de la edad de los toros, acabando con el fraude del utrero.Por todo lo cual ha padecido numerosos intentos de soborno y 26 agresiones y palizas con dos asaltantes nocturnos a su chalet de Madrid. La primera agresión fue protagonizada por El Cordobés y su cuadrilla derribando la puerta de su habitación en el Hotel Carlton de Bilbao al negarse a ser sobornado con un cheque en blanco.En 1980 recibió una oferta de catorce millones por temporada para "cuidar" a cuatro figuras del toreo por parte del apoderado de Paquirri , Dámaso González, Capea y Manzanares. Navalón siguió viviendo con las cincuenta mil pesetas mensuales que entonces recibía en el Diario "Pueblo".Es el creador de los coloquios taurinos al final de las corridas, con una capacidad de audiencia jamás igualada por ningún cronista. Ha pronunciado conferencias por todo el mundo taurino. En 1984 el director de "Diario 16" vende su cabeza a las mafias taurinas por su enfrentamiento a los abusos de Paco Ojeda. En la maniobra intervienen los ministros Ignacio Borrel y Enrique Mujica. Deja de escribir durante cinco años dedicado a su ganadería. Reaparece en "El Adelanto de Salamanca" y después en "Tribuna", donde sus crónicas vuelven a tener resonancia y con la llegada de Internet, alcanzan otra vez gran difusión (Su crónica "Fábula del torero triste secuestrado por la señora gorda" ha tenido resonancia mundial). Reaparece también en los coloquios donde logra superar los mil espectadores por noche. En la pasada feria de Salamanca fueron televisados en directo alcanzando la máxima audiencia. Por todo lo cual el empresario Manolo Chopera recrudeció su persecución, denegando a todos los redactores de su periódico el pase de prensa para sus plazas. Ha sido el único ganadero que denuncia el afeitado de sus propios toros. Después de cinco años de lucha tuvo que claudicar porque si no lo hacía no podría lidiar, como le ocurre a todos los ganaderos que venden corridas a las figuras. Pero Navalón dice que seguirá denunciando cada toro suyo que sea manipulado, porque si como crítico dijo siempre la verdad, como ganadero no quiere engañar al público. Algo que jamás ha hecho ningún ganadero: Denunciarse a sí mismo. Para los que todavía tengan alguna duda sobre la trayectoria del crítico, le recordamos su capacidad profesional al escribir con conocimientos de torero y ganadero. Es el que más persecuciones ha padecido por parte de los que se enriquecen a costa de engañar al público. Y sobre todo, fijen su atención que ha sido el único crítico taurino sacado a hombros de la plaza. ¡Por algo será! Fue destacado luchador contra la Dictadura franquista, y desde el más destacado periódico franquista atacó al gobierno.

Fuente:http://www.alfonsonavalon.com/

1 comentario:

  1. Hace años lo escribiô y cada vez cobra mâs actualidad,cuanta falta le hacen a la fiesta,crîticos de la talla de Navalôn y Vidal.
    La fiesta no se va a mantener porque sî,es importante estar unidos todos los estamentos y es el compromiso de la prensa educar en todas sus facetas de este arte a los aficionados en general.Porque si no se respeta al toro,todo lo que hagan con el seguirâ siendo un fraude.

    L.R.D.E.

    ResponderEliminar