EL EJE DE LA LIDIA

EL EJE DE LA LIDIA
"Normalmente, el primer puyazo lo toman bien los toros, y si ése fuera el único del tercio, todos parecerían bravos. En el segundo ya empiezan a dar síntomas de su categoría de bravura. Y es en el tercero donde se define de verdad si el toro es bravo o no. En el tercer puyazo casi todos los toros cantan la gallina, se suele decir". JOAQUÍN VIDAL : "El Toreo es Grandeza". Foto: "Jardinero" de la Ganadería los Maños, primera de cuatro entradas al caballo. Corrida Concurso VIC FEZENSAC 2017. Foto : Pocho Paccini Bustos.

sábado, abril 25, 2015

PENA DE JUAN Y JOSE (JUANITO VALDERRAMA)

"Quién inventará la copla 

que eche al aire aquel recuerdo. 

Quién la cantara una noche

en voz baja, como un rezo....."



Pena de Juan y  José  Solano - Martínez - Remis
-
Quién inventará la copla
que eche al aire aquel recuerdo.
Quién la cantara una noche
en voz baja, como un rezo.

Que mujer se pondrá triste,
que hombre se ha de sentir viejo,
y quién abrirá la jaula
de los pájaros del tiempo.

Tarde de toros y sol,
parece que lo estoy viendo,
Joselito y Juan Belmonte
con seis, con seis de Pablo Romero.

Si un día me quedo ciego,
mis ojos quisieran ver
aquel gran tercio de quites
que hicieron Juan y José.

Para asistir a la fiesta,
vino un aire marismeño
y se escucho en el tendío
la pro, la profecía del viento.

“Tú José tendrás la muerte
Que sueña siempre un torero.
Y tú Juan tendrás el vino
Que beben los caballeros”.


En José será podía,
Y en Juan será, ya no puedo,
Pero tendrán igual pena
Uno vivo y otro muerto

Quien inventará la copla
Que eche al aire aquel recuerdo   


Fuente: http://donpepeydonjose.blogspot.com/2007/05/pena-de-juan-y-jos-solano-martnez-remis.html

domingo, abril 19, 2015

LA VIGENCIA DE DON LUIS FERNÁNDEZ SALCEDO

"Prólogos de ayer que parecen para hoy"

"Esta pasada tarde, repasando algunos libros raros de toros, me he encontrado, con enorme placer –por cierto- con un prólogo olvidado del que siempre he considerado como mi mayor y mejor maestro en estas liudes taurómacas, don Luis Fernández Salcedo.  No voy a descubrirles ahora la figura del que puede ser considerado como uno de los mejores escritores taurinos de todos los tiempos, su   perfecto manejo del castellano, su brillante aproximación al campo bravo de Colmenar, sus inigualables “Cuentos del Viejo Mayoral”, su amplia doctrina sobre el toro bravo como ¡esencia y elemento indispensable en la corrida, son de todos –creo- conocidos. Y si hay alguien que no lo conoce todavía, quizá esté perdiendo tiempo para hacerlo, ¡vaya y cómprese cualquiera de sus exquisitos libros!
Sorpresa, porque no recordaba en absoluto el prologuillo de marras, en libro del abogado portugués Dr. Saraiva Lima que a la par que al mundo del derecho nos dejó una ingente obra taurómaca y que hizo más que pinitos en la crítica taurina en su país. El libro, “Panorama del toreo en Portugal” es fruto de una conferencia que el autor pronunció en el Salón de Actos del Ateneo de Madrid, el día 11 de julio de 1949. Lleva un Preámbulo de Ricardo García K-Hito y un comentario, a modo de prólogo, de Luis Fernández Salcedo.
Don Luis, como cariñosamente le llamábamos aquellos jóvenes de entonces, escribe en el prólogo cosas verdaderamente admirables. Estamos en 1949 todavía, el libro vería la luz en los inicios del siguiente año. Escuchen… o lean:
Apenas estrechó mi mano, como consumado prestidigitador, sacó de la bocamanga un ejemplar de su obra “Da barreira” y abriéndolo por la página 185 me mostró un artículo titulado “A missao da critica”, al frente del cual había esos rengloncitos cortos, debajo de los cuales suele ponerse, entre paréntesis, Plinio el Viejo o La Rochefoucauld. Pero esta vez dicen solamente Fernández Salcedo.  Tuve curiosidad por leer la cita que decía así: “La crítica ha perdido totalmente su misión orientadora del público, la de contrariarle en sus gustos, que es la principal, aunque la meno grata”.
-¿Qué le parece?
-No está mal traído.
-¿Recuerda haberla escrito?
-En absoluto.
-Poes lo tomé de “Los viajeros para Diego de León”
-Me extraña que me atreviese a tanto…”.
Hasta aquí la cita. ¡Vaya frase! ¡Qué completa actualidad! Hoy que la crítica tanto acompaña a la mayoría, por no indisponerse con las empresas, con los toreros, con los ganaderos y con la masa del público, ¡cuánta falta hace que se la recuerden! Caramba, no estaría de más que la grabasen en letras de bronce en el frontispicio de las Facultades de Periodismo. Sé que es incómoda esa labor, ingrata tantas veces, pero a su vez tan necesaria… Pero claro, como dijo otro gran escritor, crítico y aficionado como Edmundo G. Acebal, para ser crítico se necesita saber, al menos, quién fue Valentín Martín… y eso hoy no lo saben más que cuatro aficionados, añado yo.
Don Luis Fernández Salcedo, tal y como le recordamos, pero sin bastón...
Sigamos… Don Luis añade que le sorprendió gratamente una comparación que a muchos puede resultar cuando menos curiosa, pero dejen que lo explique:
Fue para mí una nota de gran originalidad, y atrayente sentido crítico de altura, la comparación de Simao da Viega y Joäo Nuncio con “Gallito y Belmonte”. A primera vista parece fuera de lugar comparar a dos rejoneadores con dos espadas y, sin embargo, desde el primer momento prendió en nosotros el impecable razonamiento de Saraiva. En efecto, la lucha entre gallistas y belmontistas no fue más que la pugna de dos ideas eternas: la del clasicismo a ultranza y la de la renovación a fondo. Se comprende perfectamente que cada cual, según su temperamento opte por una u otra manera de reaccionar ante la realidad y por eso el choque, o mejor dicho, el entrelazamiento de las ideas básicas, a pleno sol y en la imparcial y abstracta redondez del ruedo, tiene que ser siempre un espectáculo maravilloso”.
Y añado yo, ¿no se sigue produciendo todavía en nuestros días ese choque? Los que gustan del clasicismo de Morante, ¿no enfrentan su pasión a la de los que gustan del revolucionario –y para mí sin fundamento plausible- paso atrás que tanto se `practica para ligar cediendo terreno al toro? Dos formas de ver el toreo…, ayer como hoy.
Pero don Luis nos recuerda que “Aquellos siete años [los del emparejamiento de José y Juan] –no nos cansaremos nunca de decirlo- fueron la edad de oro del toreo. Ni antes se llegó nunca a una síntesis tan perfecta, ni después se ha vuelto a alcanzar la meta, que cada vez se ha de ver más lejana. Por eso “Gallito” y Belmonte tienen la categoría de símbolos, y cualquier comparación, que razonadamente se proyecte sobre sus figuras, dará en el blanco y se quedará para siempre en nuestro recuerdo”.
Se queja Ferández Salcedo de aalgo que hoy es ley absoluta en el toro: “Aquí en España tenemos actualmente planteado el problema opuesto. Los toros son demasiado descorridos, es decir, exageradamente claros, nobles, pastueños, inocentes e ingenuos y en ese mar de dulzor se va `perdiendo la emoción, que es la base de la fiesta”. Parece como si lo hubiera escrito yo mismo antes de ayer, pero está escrito en 1949, ¿qué cambio habría visto el que fuera ganadero de Martínez en los ganados de esos últimos años? Y añade: “Pues bien, el ganado bravo, que en manos de los competentísimos ganaderos españoles se moldea como barro de escultor, en la actualidad se está pasando del punto de dulce. Y como la sensación de ser el toro temible ya apenas procede de la edad, de la corpulencia, de los pitones o de la bravura auténtica, si tampoco va a dimanar del lado de una pequeña dificultad… ¡estamos perdidos! Cuando el público dice: `Eso lo hago yo´, se acabaron las ovaciones”.  
Ahonda párrafos más adelante en la idea: “Los ganaderos han logrado un toro tan bueno, tan bueno para el espada que… dentro de muy poco va a virar a malo”. Parece que sentencia el actual camino del toro en pos de la toreabilidad; recuerden no obstante, que esto se escribió en la raya de la mitad del siglo anterior, cuando los toros aunque manejables ya, tenían bastante más casta que los actuales… pero el camino es idéntico.
Comenta, a continuación, la opinión de Saraiva defendiendo que en Portugal los toros deberían correrse en puntas, lo que fue contradicho por el Embajador portugués en el almuerzo subsiguiente. Y entonces, el bueno de don Luis, nos dice dos o tres cosas también francamente interesantes: “Hay quien opina que el toro, acostumbrado a manejar un cuerno de 40 centímetros cuando éste tiene 36 [fruto del afeitado en España] se detiene 6 centímetros antes de llegar al objeto. Esto es absurdo. Suponeos que un criminal apuñala a varias personas con un cuchillo de 30 cms de largo. Si un buen día lleva uno que solamente tiene 20, es imposible admitir que levante la mano y al dejarla caer sobre su víctima la detenga 10 cm antes de herirla, porque el brazo representa una fuerza en movimiento, que no se detiene hasta que encuentra un obstáculo; en este caso el pecho de la víctima. Otros aficionados sostienen que la razón de cortar las puntas es porque, no teniéndolas, es imposible que el toro puntee en la muleta, detalle que molesta hoy casi tanto a los diestros como la presencia de banderillas en el morrillo”. Y sigue apuntando: “Hay quien cree que la razón del afeitado es de orden puramente psicológico, ya que el espada, al saber que a su enemigo le han suprimido cuatro dedos de pitón, experimenta una satisfacción equivalente a la del caballero que logra pasar un encendedor de contrabando”.

Un toro de Luciano Cobaleda de 1979... sin manicura -creo...-
Pero no, en su opinión “el verdadero motivo es que como los toreros son, afortunadamente, cada día más cultos, dominan la electrotecnia y saben, por tanto, que la electricidad se escapa por las puntas, y por eso dicen `fuera las puntas´, para evitar esas manifestaciones eléctricas, que en un tiempo se llamaron nervio y hoy se llaman `jiribilla´.” Más claro que el agua, el autor defiende, como yo lo he dicho en más de una ocasión, que lo principal es el quebranto físico y psicológico del toro, que le resta fuerzas y temperamento…
Pero no termina en ello, sino que sigue diciendo: “En esto del afeitado, lo peor es que ya se practica el de 2º y aun el de 3º grado. Cuando empezó la moda inglesa de llevar el rostro limpio de pelo, se creía que bastaba con afeitarse por la mañana. Pero después se su`po que la máxima duración del rasurado para un gentleman era de seis horas, es decir, que un señor, absolutamente correcto, se podrá afeitar tres veces al día; p.e. a las 8, a la 1 ½ y a las 7. Y esto mismo es lo que, al parecer, se viene haciendo a los toros, con éxito, o sea: afeitar en el campo a principios de invierno; dar otra pasada al embarcar la corrida y apurar, si es preciso, en los propios corrales. `Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad´ como dentro de poco se cantará `por ser la Virgen de la Paloma´.”  De verdad ¿creen ustedes que en esto ha habido retroceso, o siguen adelantando las ciencias una barbaridad…? ¿No se han preguntado, como yo, cómo es que muchos ganaderos afeitadores han decidido ponerles fundas a los toros para –supuestamente- preservarles sus pitones? ¿No será para que no se los vea nadie? Ya sabemos que intentan también con ello preservar de cornadas –y de posibles bajas indeseadas- a la camada… pero ya que estamos y hay que quitarles las dichosas fundas… un repasito en el mismo mueco…
La solución de don Luis, con esa gracia serrana y severa que Dios le dio, no era otra que “el final previsto es el toro llevando en cada cuerno una bola como la que remata el pasamanos de las escaleras, pintada con los colores de la divisa, para que resulte más decorativo”… ¡Qué tarde tan grata me ha vuelto a hacer pasar Fernández Salcedo…! y entre tanto en Palencia se estarán lidiando reses de  Zalduendo..."

miércoles, abril 15, 2015

CUATRO CAPOTES MÁGICOS


Antonio Ordóñez, Curro Romero, Rafael de Paula y Antoñete.
Me los robaron para venderlos por veinte mil duros.
Alfonso Navalón Grande
Nunca he sido partidario de convertir mi casa en un museo taurino. Cuando me hice ganadero tenia en la finca unos cencerros que resumían la historia de las divisas más destacadas, colocados en lo alto de una estantería tenia los cencerros de Miura, Pablo Romero, Conde de la Corte, Urquijo y Graciliano Pérez Tabernero, más el de Manuel Arranz como fundador de mi ganadería.
Los toreros me ofrecieron muchas cosas (aparte de millones por ponerlos bien), pero ese mundillo me atraía muy poco y no quise llenar mi casa con vitrinas de trajes de luces de tardes de gloria. Sencillamente porque muy pocas veces la categoría artística no tiene nada que ver con la presencia humana de muchos ídolos de multitudes que en traje de paisano son como para echarse a correr.
Mi historia de hoy se resume en cuatro capotes que pasaron a la historia del toreo con letras de oro... Uno era el de la reaparición de Antonio Ordóñez en Málaga, cuando ya no era ni la sombra de lo que fue antes de los años sesenta. Me lo ofreció delante de todos sus acérrimos partidarios que se llevaron un gran disgusto, considerando que los hacia de menos regalándoselo a un crítico provinciano recién llegado al mundillo taurino. Son los mismos que se escandalizaron cuando en el Hotel Astoria de Valencia me dijo Ordóñez en las fallas de 1963, cuando sólo había publicado cuatro crónicas en "El Ruedo": "tú serás la nueva grán figura de los críticos". Estaban delante José Maria Jardón, Pedro Balaña, Diodoro Canorea y el viejo Pablo Chopera con Barceló empresario de Benidorm Alicante. El viejo Chopera cortó a Ordóñez "me parece que te estas pasando. Navalón sabe mucho pero tiene todavía más peligro. No nos conviene".
El otro capote era de Curro Romero en una tarde gloriosa de feria de Sevilla en la Maestranza donde al cabo de muchos años confesó que fue el día que mejor había toreado de capa en toda su vida. Cómo seria que le tocaron la música. Habíamos tenido un disgustillo por una mala interpretación de su mujer Conchita Márquez Piquer y Curro para congraciarse me regalo aquel capote histórico.
El otro pertenecía a Rafael de Paula y con el, ejecutó aquel quite por verónicas en un toro de Julio robles, el año que se presentó a confirmar su alternativa en Madrid, después de trece años rodando por las plazas de Andalucia sin alcanzar más gloria que los cantes de los flamencos. Aquella noche lo fuimos a ver al Hotel Wellington con toda la plana mayor de los ejecutivos de Rumasa, que me habian contratado para dar ocho conferencias en Andalucia. Eran adoradores incondicionales del gitanito rubio, con Ruiz Mateos al frente en pleno poderío social y económico antes de que el actual marido de Isabel Preysler arremetiera con la expropiación. Aquella corte iba a llevarnos a cenar al restoran más caro de Madrid y se quedaron de piedra cuando le dije a Rafael que habia sido una pena dar unos lances tan bonitos cambiando tanto el terreno en vez de ligarlos seguidos como lo había visto otras veces. Cuando trataban de increparme por mi osadía, Paula los aparco "Tiene toa la razón el de Salamanca. Otras veces he toreado mucho mejor con el capote. Lo que pasa es que en Madrid no me habian visto y le ha parecido mucho más de lo que ha sido".
El capote de Antoñete era el de la famosa media verónica que repitieron tantas veces en Televisión, y tampoco se le hizo justicia porque otras mucho mas perfectas y mas lentas. Pero fue una tarde de gloria y la gente estaba loca con el viejo del mechón. Antonio tenia entregada la plaza y cuando remato la media, los tendidos se pusieron en pie con una ovación delirante.
Luego tuve más capotes. Cada vez que los toreros venían a torear a mi casa me dejaban un capote y una muleta. Tuve capotes de Capea, Manzanares, Roberto Domínguez, El Yiyo, Julio Robles y dos muletas de Andrés Vázquez. Me quede con la gana de conservar algo de Rafael Ortega que ha sido el que mejor he visto torear en toda mi vida y con algún recuerdo de Manolo Vázquez que cuajo una vaca mía magistralmente. Pero no hubo ocasión. De todos estos capotes el que mas use toreando fue el de Antonio Ordóñez, pero tuve que acomodarlo a mis medidas porque era como una manta. Fue Tito el mozo de espadas de Andrés Vázquez quien le cortó más de una cuarta de los bajos para poderlo manejar a mi antojo. Ahora que recuerdo toreé muchos festivales con un capote de Antonio Bienvenida que no tenía ninguna historia especial. Simplemente me lo regalo al terminar un tentadero en Huelva en la plaza de Tomás Prieto de la Cal. Una plaza que tenia un dolmen debajo del palco de invitados y donde nos tomo el pelo Miguel Litri que se quedó asando sardinas mientras nosotros pasábamos las de Caín con aquellas vacas jaboneras que se colaban por donde menos esperábamos. En uno de los atragantones de la lidia, Bienvenida me comentaba desesperado:" Con estas vacas se me ha olvidado torear ¡Ninguna va por donde la mando!Cuando acabó el tentadero el Litri viejo se reía de nosotros "Ahora os enterareis porque me quede asando sardinas"…
Desaparecieron
Cuando mi separación, mi difunta esposa se quedó con todo y los tres hijos se vinieron conmigo, por todo lo cual el juez me condenó por "abandono de familia" ¿Quién entiende eso si los hijos se vinieron conmigo? El caso es que la pobre señora sentía un apego especial por lo ajeno y aparte de muebles antiguos y obras de arte por valor de cincuenta millones, se quedó también con los capotes históricos, vendiéndolos por cien mil pesetas, cantidad ridícula porque todos estaban dedicados y firmados por aquellas grandes figuras. Un abogado de Madrid, amigo mío me contaba que el año siguiente pago un anticuario doscientas mil pesetas por el de Curro Romero.
Como estaba escrito que no conservaría nada de mi historia de crítico y torero aficionado, un dia vino un torero a uno de los últimos tentaderos y al dia siguiente recordé que habia dejado los trastes de torear y los zahones en un burladero, habian desaparecido porque alguno de mis invitados tuvo el acuerdo de virlármelos. Le tenia especial cariño a los zahones, hechos con todo el capricho por el maestro guarnicionero de Puebla del Río (el mismo que trabaja para los Peralta). Tenia grabados en los bordes el hierro de las ganaderías de los amigos y encima de la bragueta el mío con una leyenda que decía "Escribir y Torear". También me robaron unas polainas repujadas que eran un primor de artesanía, a juego con unos botines de piel de becerro con la puntera puenteada en relieve.
Ahora, como hace dos años que no toreo, ya no me hacen falta pero me queda la tristeza de haber perdido aquellas joyas del arte de torear.

domingo, abril 12, 2015

REGISTRO DE LA VOZ DEL PASMO DE TRIANA

Se trata de una cinta magnetofónica, hallada por la hija del torero, Blanca, que cedió hace apróximadamente algo más de una década a RNE. Un documento donde el torero habla de sus orígenes, de la primera vez que se puso delante de una becerra...

La voz de Juan Belmonte

He tenido la oportunidad de charlar plácidamente -y aprender mucho- con el periodista taurino Juan Belmonte, del que el nombre no es producto de la casualidad. Claro, es imposible hablar con él y no hablar de El Pasmo...

Entre risas y anécdotas me contó que había por ahí, para buscar, un audio (que yo sepa sólo uno) en donde se oye la voz del trianero. Se trata de una cinta magnetofónica, hallada por la hija del torero, Blanca, que cedió hace apróximadamente algo más de una década a RNE. Un documento donde el torero habla de sus orígenes, el primer dinero que ganó en el Altozano, de la primera vez que se puso delante de una becerra... un tesoro taurino.

Ahora podemos escuchar la voz, el sentir, de Juan Belmonte. Recomiendo (yo lo he hecho) escuchar la entrevista varias veces... de una es imposible captar todos los detalles, toda la grandeza que destila el revolucionario del toreo. Vaya por delante, como anécdota, que aunque en ocasiones se encasquille, vamos a destrozar el mito de su aguda tartamudez.

Fina cortesía de nuestro estimado amigo David Zamora de http://www.purezayemocion.com

jueves, abril 09, 2015

"EL PAR DE PAMPLONA'' AL TORO "CIGARRITO" DE CONCHA Y SIERRA

                       Rodolfo Gaona: "El Par de Pamplona" al toro "Cigarrito" de Concha y Sierra, 8 julio 1915.

En el Semanario Gráfico de los toros El Ruedo del 16 de febrero de 1950. Nº 295. AÑO VII., se señala en relación al par de banderillas ejecutado por Rodolfo Gaona en Pamplona, lo siguiente: "El famoso "Par de Pamplona", ejecutado por Gaona con un toro del duque de Veragua, capturada por el lente del popular fotógrafo Aurelio Rodero."

Revisando bibliografía sobre la materia, encontramos que existiría un error en cuanto a la fecha del festejo y la ganadería a la cual pertenecía el burel.  

La segunda Corrida, se llevó a cabo el 8 de julio, y se lidiaron toros de Concha y Sierra, alternando Serafín Vigiola Torquito, Rodolfo Gaona y Joselito. Precisamente la fotografía de Aurelio Rodero pertenece al toro "Cigarrito", que fue el primero del lote de Gaona.

La tercera corrida de la Feria de Pamplona se llevó a cabo el 9 de julio de 1915,  en la que se lidiaron toros  del duque  de Veragua, alternando Gaona, Posada y Saleri II.

Lo anterior se deduce de la biografía que Gaona confió a Carlos Quirós Monosabio (Mis 20 años de Toreo) en la que Gaona dijo lo siguiente acerca de su paso por Pamplona en el año 1915:
".... Alcancé triunfos en todas partes y muy especialmente en Pamplona, con toros del Duque. Toreaba con Posada y Saleri II... En la corrida anterior clavé un par de banderillas extraordinario. De ese par aquí hay fotografías y los aficionados lo conocen por "El Par de Pamplona" 

En conclusión, habría un error en los datos consignados en la publicación del semanario El Ruedo.

domingo, abril 05, 2015

ALFONSO NAVALÓN y JOAQUÍN VIDAL, DOS GRANDES DE LA CRÍTICA TAURINA

Dos grandes de la crítica taurina, que tanta falta hacen en nuestros días, para orientar a los aficionados y a los que gustan de la fiesta de los TOROS. Aunque habrá más de un junta letras que sostenga que la fiesta hoy en día goza de buena salud, y que como muestra de ello contamos con "figurones" del toreo, que se enfrentan al único encaste que embiste, el llamado Domecq. 
Los seguidores de este blog saben muy bien que eso que sostienen los juntas,  no es cierto en absoluto y que por contra reina la monotonía, el aburrimiento, la vulgaridad, la ventaja, el triunfalismo, pero eso sí frente a moribundos y desmochados animalillos domesticados y cuidadosamente escogidos. Pero como en toda regla, también existen honrosas excepciones de TOREROS y GANADERIAS honestas, que son la clara demostración que otra fiesta SÍ es posible.
Fuente: Revista de la Asociación Cultural Taurina Cerro de San Albín Nº 18. Año 2014. pp 153-156.