EL EJE DE LA LIDIA

EL EJE DE LA LIDIA
"Normalmente, el primer puyazo lo toman bien los toros, y si ése fuera el único del tercio, todos parecerían bravos. En el segundo ya empiezan a dar síntomas de su categoría de bravura. Y es en el tercero donde se define de verdad si el toro es bravo o no. En el tercer puyazo casi todos los toros cantan la gallina, se suele decir". JOAQUÍN VIDAL : "El Toreo es Grandeza". Foto: "Jardinero" de la Ganadería los Maños, primera de cuatro entradas al caballo. Corrida Concurso VIC FEZENSAC 2017. Foto : Pocho Paccini Bustos.

sábado, julio 28, 2018

14 CORNADAS QUE PUSIERON LA VIDA DE ANTONIO ORDOÑEZ, EN MANOS DE DIOS


"Porque hay una gran verdad en el toreo, y es que en la simple y no deseada posibilidad de la muerte, tiene el Arte del Toreo su más firme garantía de perennidad."
La cornada en Tijuana- México

Lgloria torera no se entrega con facilidad. Su áspero camino queda marcado frecuentemente por un reguero de sangre.


Porque hay una gran verdad en el toreo, y es que —con polémica o sin ella— en el riesgo, en el peligro, en la simple y no deseada posibilidad de la muerte, tiene el Arte del Toreo su más firme garantía de perennidad.
Cogida inmisericorde haciendo obras de misericordia en un festival de Málaga  
Conviene recordar esto —porque somos propicios a olvidar— cuando tenemos la tentación de ser injustos con los que están en la cumbre, cuando nos asalta el deseo de derribar ídolos, cuando sentimos irritación por lo que se nos antoja dinero ganado con facilidad y sin esfuerzo. En el toreo no se regala nada a nadie. Los puestos en el escalafón se ganan por categoría artística dentro de un firme basamento de valor personal; porque sin valor no hay quien se mantenga con gallardía delante de un toro. Y el valor —el estarse quieto cuando pasa el toro- se paga muy caro en monedas de dolor.

Cuando alguien se pregunta qué le sucede en el momento actual a Antonio Ordóñez, nosotros hallamos, en una rápida ojeada a nuestro archivo, catorce razones fundamentales para justificar un momento de pasajero desfallecimiento; catorce cornadas graves, escalonadas en una vida de triunfos; catorce cheques firmados con sangre para comprar algo que los demás no pudieron lograr: un puesto en la cumbre.
En compañía de Carmina
Por lo demás —la historia se repite—, con Antonio Ordóñez sucede lo que con todas las grandes figuras de la historia del toreo. ¿Es que no recordamos los finales de «Lagartijo»? ¿O el desánimo —«no me retiro, me echan»— del «Guerra»? ¿O la bronca inmensa a «Gallito» en Madrid en la víspera de su muerte en Talayera? ¿O la estúpida obstinación con que se silbaba a «Manolete» antes de quedar todos estremecidos por la tremenda palidez de Linares?
El público —enemigo de los toreros, a los que aúpa sin criterio y derriba sin memoria— ha emprendido una vez más su tarea iconoclasta. No se resigna a que el toreo de Antonio Ordóñez, cuando está en su sitio, sea una maravilla creacional, un saber hacer poético, una facilidad inasequible a otros. El público es insaciable y quiere conocer las razones por las que Antonio Ordóñez no se encuentra en su momento. 
No lo salvó ni el consabido rinconcito
Para aclararle los conceptos, traemos el recuerdo de otros instantes menos fáciles, menos despreocupados. El recuerdo de catorce cornadas sembradas por el mundo —Sevilla, Lima, Castellón, Méjico, Málaga...—, que pusieron la Vida del diestro en las supremas manos de Dios.
Camino al avión, lo acompañan José Rueda y Pepe Luís Vázquez  
La crudeza del toreo, el costo de la gloria
Fuente: Semanario gráfico de los toros, El  Ruedo, Madrid  06 de setiembre de 1962. Nº 950. AÑO  XIX.

1 comentario:

  1. Al hablar del toro y toreo del ayer,comprendemos mejor el del presente.El toro impedía la rutina y la monotonía con su desigual comportamiento en la arena. Lo que sale de ojo es que a las grandes figuras de otras épocas los toros les dieron muchas y graves cornadas, los de hoy no deben torear con mucha verdad porque apenas los rozan los pitones y no sufren cogidas graves. Debe ser por la cantidad de ventajas que emplean para salir ilesos algunos con tanto años de alternativa, cuando en la época de Ordóñez, todas las figuras sufrían un par de cornadas fuertes por temporada.
    Cuando se torea asentado y adelantando la pierna contraria es difícil escapar de la cogida. Quiere decir que cuando se torea de verdad los toros no perdonan. Y pensar que algunos que no le hubieran servido ni para llevarle el búcaro pasan por grandes figuras del toreo hoy en día. Ordoñez negaba que hubiera tal escuela rondeña, en el toreo decía no hay más escuela que la de los que saben torear y la de los que no saben. Se ha perdido el riesgo y las dificultades que presentaba el toro auténtico, ese que producía emoción y asombro al ver su lidia.

    DOCURDÓ.

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