EL EJE DE LA LIDIA

EL EJE DE LA LIDIA
"Normalmente, el primer puyazo lo toman bien los toros, y si ése fuera el único del tercio, todos parecerían bravos. En el segundo ya empiezan a dar síntomas de su categoría de bravura. Y es en el tercero donde se define de verdad si el toro es bravo o no. En el tercer puyazo casi todos los toros cantan la gallina, se suele decir". JOAQUÍN VIDAL : "El Toreo es Grandeza". Foto: "Jardinero" de la Ganadería los Maños, primera de cuatro entradas al caballo. Corrida Concurso VIC FEZENSAC 2017. Foto : Pocho Paccini Bustos.

martes, mayo 31, 2011

DESPACHO ISIDRIL: 31-05-2011

Toros de Peñajara,desiguales de presentación,malos a excepción del segundo.
Juez de plaza:Trinidad López.

Eugenio de Mora: 1º Negro listón.Lo brega y se frena en el capote, sale huido del caballo,en el segundo encuentro puyazo y tumbo,en el tercer encuentro suena el estribo.Manso.Se duele en banderillas.Doblones y saca genio el toro.Derechazos y el toro se vence y lo desarma,más derechazos y sale perseguido,vuelve a ser desarmado,naturales y casi lo pilla.Bajonazo,silencio y pitos al toro. 2º Negro bragado corrido y coletero.Salta la valla, trata de fijarlo y se va suelto,puyazo largo sonando el estribo,en el segundo le pegan fuerte.Doblones y lleva la cara alta,derechazos y el toro pega tornillazos.Intenta con la izquierda y le corta el viaje,mirón.Bajonazo,silencio y pitos al toro.Recibió un puntazo en la mano.

César Jiménez: 1º Negro listón.No en el tipo de Madrid.Mete bien la cabeza en las verónicas, dos puyazos sin cargar.Buen par de J.Arruga.Brinda al público,inicia la faena con derechazos de rodillas en el tercio,dos series de derechazos algunos hacia afuera,naturales algunos con el pico.Estocada desprendida y oreja.Estuvo por debajo de la buena condición del toro.Ovación al toro. 2º Negro. Lances de tanteo ,puyazo y se cae,es devuelto al corral. Remplazo de Carmen Segovia.Negro listón.Verónicas sueltas,dos puyazos y en ambos pierde las manos,la autoridad lo mantiene en el ruedo.¿? Buen par de J.Arruga,sale a saludar.Serie de derechazos hacia afuera,algunos naturales despegados.Estocada caida y oreja. Silencio al toro y fuerte protesta del tendido 7 y 8 al torero y al juez.Cruce verbal con los del 5.

Javier Cortés: 1º Negro listón.Lo brega, puyazo empujando y trasero señalando.Se duele en banderillas.Derechazos y lo derriba con la chita posterior y se hace el quite con la muleta estando caido.Serie corta de naturales,otra más.Derechazos ceñidos sin calar en el tendido.Bajonazo y cuatro descabellos.Silencio a ambos. 2º Colorado bragado, meano corrido. Al lancear lo desarma y se arranca de largo al caballo y hay tumbo,otro puyazo.Derechazos y casi lo coge.Naturales,es desarmado,más derechazos,mucha voluntad pero el toro pega arreones.Esatocada entera caida.Silencio.
Una pena por lo que fue la plaza de Madrid.
Un abrazo,mataó.

A.V.

JOSÉ GÓMEZ ORTEGA "GALLITO"

EL LEGIONARIO

Victoriano García ‘El Legionario’
 

Paco Cañamero

En su casa de Boadilla hay decenas de trofeos conseguidos en las más prestigiosas plazas. Todos ellos reflejan la magnífica labor profesional de Victoriano García ‘El Legionario’, una de las grandes figuras de los picadores de la última época.

Hombre callado, prudente, ajeno a los focos y a cualquier protagonismo, ha hecho de lasensatez y profesionalidad, la bandera de su vida. Por eso, ahora goza del respeto y admiración de todos los profesionales, que ven en él además de las virtudes que debe atesorar un buen varilarguero todo un maestro de su arte.
Victoriano, ¿cómo va la vida?  Bien, ahí andamos, toreando y también pendiente de la finca, porque hay que estar muy preocupado del ganado y más ahora, con este tiempo.
¿Cómo comenzó todo? Al principio yo quería ser torero y con esa ilusión fui muchas veces al campo, sobre todo a casa de Antonio Martín, el de Casasola; también en la de los Guerra, de aquí, de Boadilla y después estuve en Campo Cerrado, en la finca de Atanasio, pero siempre con la firme idea de ser torero.
¿Y cuándo se hace picador? Allí mismo, en casa de Atanasio. Un día me dijo Juan Mari García, el picador, que me animara. Él fue quien me ayudó a sacar el carné y me dio muchos consejos, tan necesarios en esos primeros pasos. Es un hombre al que admiré como profesional y como persona y a quien siempre guardo mucho agradecimiento.
Con el carné en su mano ¿empezó a torear ya?  Sí, poco después me llamó Paco Pallarés y con él ya comencé.
¿Dónde fue el primero? En Salamanca, un festival que se celebró a beneficio de Cruz Roja y donde se lidiaron 20 novillos. Toreé con Paco Pallarés y estuve fatal, pero Paco Pallarés siguió confiando en mí y estuve en su cuadrilla hasta 1973, cuando tuvo aquel accidente de tráfico tan grave que lo quitó del toreo. Precisamente aquel día yo lo acompañaba e íbamos a tentar a la finca de Baltasar Ibán.
¿A qué se debe el apodo del Legionario? Porque hice la mili en La Legión, entonces quería ser torero y se portaron muy bien. En agradecimiento le prometí que llevaría ese apodo y así fue, de lo que me siento muy orgulloso.
A partir del accidente de Paco Pallarés, ¿con quién actúa después?
Mientras tanto, toreo con los de Salamanca, como era el caso de Juan José, Víctor Manuel Martín, Aníbal Sánchez, hasta que una vez, en casa de los Guerra, donde siempre iba a picar las vacas, fue invitado a un tentadero el torero palentino Félix López ‘El Regio’ y aquel mismo día me contrató para su cuadrilla. Con él fui 4 ó 5 años, hasta que me llamó Julio Robles.
Ya en las filas de Julio Robles arranca una nueva época, ¿verdad?
Sí, la más bonita y apasionante de mi vida. Julio Robles cada año va a más y yo me consolido a su lado. En su cuadrilla estuve hasta la triste tarde de Beziers.
¡Qué personaje era Robles! No te puedes imaginar, yo enseguida me compenetré con él a la perfección. Y hasta el último día de su vida estuve a su lado, iba a su casa a ver los toros, a pasar la tarde con él, si había tentadero, a echarle una mano; luego, en invierno a prepararle la matanza. En el toreo ha sido la más persona más importante que me encontré y a nivel personal, para mí era como un hermano.
Y qué torero! Una figura muy importante, que marcó una época. Todo el mundo lo recuerda y sus grandes faenas siguen vivas.
Vamos, ¿en Julio Robles encontró la horma de su zapato?
Pues sí.
Al lado de Robles, además empieza a destacar entre los picadores, gana muchos premios en las ferias y le empieza a llegar el reconocimiento, ¿no?
Sí, ya te digo fueron unos años magníficos. A su lado, además viajo por primera vez a América y se viven momentos muy felices, como las salidas a hombros en Madrid, el triunfo de Sevilla, los faenones que hizo en casi todas las plazas.
Tras el percance de Robles, ¿con quién torea? Después enseguida me llamó Manzanares y estuve con él cinco temporadas; posteriormente llegó Julio Aparicio y más tarde, José Tomás. En los últimos años toreé mucho con Curro Vázquez, hasta que se retiró y también con Juan Diego, con el que sigo en la actualidad.
Aparte de Juan Diego, ¿qué otros toreros le llaman?
Ahora voy también con Javier Valverde, pues Angelito Rivas está lesionado. Luego he picado con El Jarocho, que su padre es de aquí, de Boadilla y con El Millonario. Pero vamos, que me llaman muchos, pero ya sólo voy con los de confianza.
En tantos años de profesión tendrá muchos toros en el recuerdo, háblenos de alguno.
Una vez que toreaba con Juan José, en Madrid, uno de Murteira Grave me trajo loco, me tiró del caballo tres o cuatro veces. También recuerdo otro de El Regio, éste en Frejus. Luego, de buen recuerdo, uno del Puerto de San Lorenzo en Salamanca, un día que toreé con Sánchez Puerto.
Cuando empezó, ¿a qué picadores tenía como espejo? A los veteranos, en la gente mayor que es con quien aprendes. Yo me fijaba en Epifanio ‘El Mozo’, en El Moro, en Juan Mari García, en su hermano Aurelio, en Salitas, en José ‘El Rubio’ y su hermano Antonio.
Aunque a usted no le guste alardear para los verdaderos profesionales y los aficionados es la auténtica figura actual de los picadores, ¿se siente respetado por el gremio?
Sí, casi todo el mundo me tratan con respeto, pero también hay mucha malicia.
¿Cómo? Algunos que andan por ahí diciendo que por qué no me jubilo, que si le estoy comiendo el pan y bobadas de esas. Cuando lo que deben hacer es presumir menos y preocuparse de ser unos buenos profesionales y a de aprender de los veteranos.
¿Qué opina del túnel? Me han dicho que existe y hay picadores que van y vienen de cualquier forma. Me parece increíble que pasen esas cosas y ahora haya tanta falta de respeto en la profesión.
¿Cuándo se picaba mejor, antes o ahora? Ahora todo es más fácil, pues cualquier cosa vale y apenas hay exigencias. Cualquier se ha hecho picador.
Todo un personaje, éste Victoriano García ‘El Legionario’, destacado miembro de su gremio y un hombre de arriba abajo, con quien es un lujo compartir tertulia y también verlo actuar en las plazas dictando sus lecciones de maestro. Las lecciones de una figura de los picadores.

lunes, mayo 30, 2011

DESPACHO ISIDRIL: 30-05-2011

Desde Madrid.  
Novillos del Ventorrillo,bien presentados,(el sexto un toro que pesó 535 kgs) pero mansos y sosos.

D.Silveti: 1º Colorado. Manso perdido,huye del caballo.Un achuchón y voltereta,lo intenta en vano.Pinchazo y entera con derrame.Palmas a la voluntad del novillero y pitos al novillo.
2º Colorado chorreado. Lo lancea por gaoneras,mansea en el caballo.Inicio por estatuarios,naturales y derechazos,sufre un desarme y se raja el novillo,bernardinas y es desarmado.Pinchazo,media,dos avisos y muchos descabellos.Silencio y pitos al novillo.

V.Barrio: 1º Castaño. Larga de rodillas en toriles,manso en el caballo,sale huido.Inicia su faena en los medios con dos pases cambiados,dos series de derechazos,mejor la segunda,escarba la res,naturales sin centrarse.Estoconazo,fuerte petición de oreja que el usía no concede y es abroncado.Ovación en el tercio y pitos al novillo.
2º Castaño chorreado.Farol de rodillas,galleando lo pone al caballo en el que mansea,se duele en banderillas.Pases por alto de rodillas,se cae el novillo,se viene a menos el trasteo y abrevia.Seis pinchazos,un aviso y descabello.Silencio y pitos al novillo.

Rafael Cerro: 1º Colorado.Toma bien el capote de salida,se quita la vara y huye,buen quite por gaoneras apretadas,toma mejor el segundo puyazo,pero sin recargar.Buenos doblones,se rompe la pezuña izquierda el novillo,Derechazos y mejor los naturales que remata con un trincherazo,buena serie con la derecha.un aviso y estocada entera y caida,saluda desde el tercio.
2º Jabonero sucio,un toro.Quite por chicuelinas y es bien picado,palmas ovación al piquero.Buen par de Vicente Yestera y sale al tercio.Buenos derechazos poniendola muleta por delante,buenos naturales,otra buena serie de derechazos,es desarmado y serie de naturales,se raja el toro,un trincherazo de cartel.Un aviso,estocada caida con derrame.Palmas al novillero y al toro.Muy buen concepto del toreo el demostrado por el novillero.
Un abrazo mataó. 

A.V.

EL TORO DE MADRID

FERIA DE SAN ISIDRO

¡Viva la fiesta!

 

JOAQUIN VIDAL - Madrid - 03/06/1987

          Bartolomé / Robles, Ortega Cano, Sánchez Puerto Toros de Felipe Bartolomé, terciados pero con trapío y casta; para el 2, de excepcional nobleza, se pidió la vuelta al ruedo. Julio Robles: estocada trasera caída (división y sale a saludar); pinchazo y estocada (oreja, petición de otra y dos clamorosas vueltas al ruedo). Ortega Cano: pinchazo, media y rueda de peones (oreja); estocada (oreja). Sánchez Puerto: bajonazo descarado y bajonazo (palmas y pitos); gran estocada (vuelta por su cuenta). Ortega Cano y el mayoral de la ganadería salieron a hombros por la puerta grande. Plaza de Las Ventas, 2 de junio 1987 .

Todos de acuerdo, de súbito, y todos contentos. A la tarde 191 de la feria, coincidieron por fin público, afición, toros, toreros, y aquello fue un espectáculo memorable. Embestían con casta los toros, los toreros se superaban en la interpretación de su arte y la afición madrileña estallaba en júbilo. "¡Viva la fiestaaa.'", atronó la andanada, sí, la misma de las protestas en corridas de trapisonda, y el tendido siete, que cierra filas cuando surge el fraude, respondía al grito, ivivaaa.l, y ole los toreros buenos y los toros bravos.
No había ira, ni ganas de reventar el espectáculo, ni afán de protagonismo, ni nada de todos esos sambenitos que los taurinos quieren colgarle a la afición de Madrid para justificar sus atropellos. Había lo que de verdad es la afición de Madrid: un volcán de aplausos, de piropos, de alegría de vivir, cuando la lidia se produce en su más estricta y gloriosa autenticidad, en liza el toro serio y encastado, el diestro pundonoroso y valiente.
Allí estaba el toro de Madrid, que es, sencillamente, el toro de trapío, que hasta puede ser terciado, como los de ayer. Toro rematado, con las proporciones y la seriedad propias de sus años y del tipo característico de la ganadería, con la casta que es el atributo fundamental de su especie. Luego será bravo o manso, boyante o complicado, como ayer, que hubo de todo. Pero si tiene trapío y casta, ahí hay toro, y la afición lo aplaude, y cuanto ocurra durante la lidia adquiere un mérito singular.
La divisa de Felipe Bartolomé alcanzó un gran éxito con estos toros, de los que fueron extraordinarios los dos primeros. El que abrió plaza era la representación más pura de la casta Santa Coloma: cárdeno de capa, terciado de lámina, engatillado de pitones, muy serio y tremendamente codicioso y noble. Julio Robles lo toreó sin complicarse la existencia: porque se le revolvió en un natural, no utilizó la izquierda; porque la embestida iba fuerte, se aliviaba con el pico.
El segundo era chico pero también era una máquina de embestir. Desde donde lo citara Ortega Cano, allá acudía, alegre, fijo al engaño, y lo perseguía engolosinado, hasta donde el torero lo quisiera llevar. Ortega Cano se esforzó en depurar su toreo, ligaba los pases, abrochaba las tandas cerrando en torno el de pecho, acabó con unos ayudados por alto de filigrana. Todo lo hizo sin mácula y, efectivamente, la faena constituyó un compendio de perfección técnica; pero se quedó en los umbrales de la faena soñada, mientras el toro había sido de ensueño.
Más importante fue aún la faena de Ortega Cano al quinto, un toro complicado. Desbordante de valor y torería, Ortega Cano construyó un muleteo de altas calidades, y toreó ceñidísimo, vibrante, ahora inspirado de verdad, porque no hacía ostentación de los artificios del arte sino que toreaba para él mismo, gozándose del poderío y del riesgo que ponía a contribución para dominar al toro.
La tarde ya era entonces un clamor y venía de antes, de la competencia que entablaron en quites Julio Robles y Ortega Cano. En el cuarto se midieron por chicuelinas los dos: suaves y de manos bajas Ortega, emocionantes las de Robles, tomando al toro de muy largo.
Arrollador Robles
De ahí en adelante la actuación de Robles fue arrolladora: empezó la faena de muleta con un afarolado y derechazos de rodillas, y el público siguió prácticamente en pie todo lo demás, los redondos largos, ligados y mandones, los naturales, los de pecho. El toro iba y venía sometido al mando de aquella muleta poderosa y aún más al arrojo impresionante del diestro, que confía los pases, sin importarle el roce de los pitones en los alamares. Aquello fue el delirio.
Y aún hubo otro estilo de toreo hondo, purísimo, en Sánchez Puerto, que vivió el drama profundo de la imposibilidad de triunfar cuando un triunfo era ayer su vida. Dibujó la verónica clásica y la modalidad del delantal, instrumentó medias verónicas belmontinas y, con la muleta, cargó la suerte sin una sola concesión ni al alivio ni a la galería. Pero los toros se le aplomaban, unas veces no embestían, otras se le paraban a mitad del pase. Sánchez Puerto aún consiguió redondos y naturales, trincherazos y ayudados a dos manos; y cuando en el sexto ya el toro se negó rotundamente a embestir, lo provocó metido entre los pitones, jugándose a la última carta de la cornada el derecho a ser torero mañana también y siempre.
A hombros levantaron a Ortega Cano, y al mayoral, y el público no se cansaba de aplaudir, ni quería irse de allí, nunca. Y el gnito "¡Viva la fiesta!" volvía a rubricar el júbilo de una tarde memorable donde toros, toreros, público, por fin, estuvieron todos de acuerdo.


sábado, mayo 28, 2011

VIC FEZENSAC 2011


FERIA DE PENTECÓTE 2011


Para visualizar los toros reseñados para las 05 corridas, pinchar sobre el enlace ; http://clubtaurinvicois.eu/videos.html

ENTREVISTA A ALFONSO NAVALÓN GRANDE

Alfonso Navalón Grande en esta entrevista, se muestra como lo que fue, a saber un señor crítico taurino  a carta cabal.

Hoy le hace falta a la fiesta periodistas como él, que orienten al aficionado con la verdad, que den cátedra, que descubran las ventajas del toreo, y que también reconozcan lo que se hace bien, pero que no nos piten el cuadro, haciéndonos creer que las cosas andan color de rosa. Símplemente, no hay peor siego que aquel que no quiere ver. Creemos que la Feria de San Isidro de este año viene confirmando las sospechas de una muerte anunciada.

¡¡¡¡¡Va por tí Perico¡¡¡¡¡



NAVALÓN Y CHOPERITA :TERTULIA EN CASA PATAS

En la tertulia llevada a cabo en Casa Patas, Alfonso Navalón Grande, habla de la prensa sobrecogedora , de las pseudo figuras, y ventila otras verdades tan tapadas por el taurineo.

   








viernes, mayo 27, 2011

ANTONIO BIENVENIDA

¡¡¡¡¡¡ VAYA MULETITA¡¡¡¡

Fuente: Semanario Taurino DÍGAME, Año 1963

DESPACHO ISIDRIL: 27-05-2011

Hola mataó.

Toros de Las Ramblas, procedencia Salvador Domecq, disparejos en presentación, sin fondo de casta y fuerzas.
El Cid: 1º Castaño,se cae y al corral,sale en remplazo su segundo toro de José Vásquez,un puyazo romaneando y un segundo en el que dobla las manos.Brinda al público,series de derechazos y buen pase de pecho,se echa la muleta a la izquierda y la faena no llega al tendido,estocada caida y descabello.Silencio. 2º Colorado,se emplea en el caballo y dobla las manos,en el otro se echa,al corral. Remplazo: Castaño de J.L. Iniesta, dos puyazos y dobla las manos.Sin probarlo inicia por naturales tres tandas y mejor la segunda, los cambiados de remate por el mismo pitón, derechazos abiertos va de menos la faena.Cuatro pinchazos y entera en lo alto que basta.

El Fandi: Negro,lo brega,dos puyazos sonando el estribo,quite de Saldívar por chicuelinas.Marra el tercer par al violín y pide el cambio de tercio.Faena sin eco en el tendido,estocada atravezada y caida. 2º Colorado,larga de rodillas y verónicas,puyazos cortos,quite de Saldívar.Bien en banderillas,palmas,brinda al público,derechazos y naturales sin levantar vuelo la faena.Estocada entera arriba perdiendo la muleta.Palmas.

Saldívar: 1º Castaño, verónicas y se va suelto, puyazo y se cae, en el otro mansea, en banderillas se cae por los cuartos traseros.Inicio de faena con derechazos de rodillas,dobla las manos,serie de naturales,el toro se queda corto y entra andando.Estocada entera trasera, perdiendo la muleta.Palmas y saludo desde el tercio2º Colorado chorreado.De salida desbarata un burladero,lo brega y con chicuelinas al paso lo lleva al caballo,puyazo largo empujando con un pitón,otro corto.Va al paso el toro en banderillas.Enorme deseo de agradar se estrella por el bicho,no lo mata bien.Silencio.

Un abrazo.

A.V.

JUAN BELMONTE EN LIMA ( 23-XII-1917)



Para mejor lectura pinchar sobre las imágenes
Fuente: Semanario Taurino DÍGAME, Año 1963

jueves, mayo 26, 2011

DESPACHO ISIDRIL: 26-05-2011

Hola mataó.

 Toros del Cortijillo de procedencia Núñez, bien presentados 4 y 2 en tono menor,faltos de raza y algunos de fuerzas.
 Juez de Plaza: Julio Martínez Moreno.(Muy amigo de regalar orejas a las figuras y de la empresa.)
 Tarde de mucho viento.
Urdiales: 1º Colorado.Capotazos sin poder fijarlo, 2 puyazos haciendo sonar el estribo.Pases por alto y trincherazo,lo molesta el viento,derechazos y dobla las manos el toro,se le nota falto de fuerzas.Abrevia 2 pinchazos y entera caida,sale prendido.Silencio al matador y pitos al toro. 2º Colorado.Lo brega y pierde las manos,él juez pese a la protestas lo mantiene en el ruedo.Puyazo corto y sin emplearse,fuerte protesta del tendido 7,en banderillas se refugia en tablas.En los derechazos la chispa la pone el torero,lo mete en la muleta,naturales de frente.No cala la faena por el toro.Buena estocada,un aviso y palmas.Pitos al toro.

Morenito de Aranda: Negro chorreado con 5 años y con cara de novillo.¿? Verónicas y sale suelto,puyazo y sale huido,otro corto,se parte la punta del pitón.Derechazos sin probarlo,cambia el toro para bien,sigue con la derecha,tanda de naturales,mejor la segunda.Estocada contraria y tarda en caer,un aviso y dos descabellos.Pierde la oreja por la espada,palmas al toro y salida al tercio y recibe fuerte ovación. 2º Berrendo en colorado,lo bregan y sale suelto,un puyazo sonando el estribo,otro corto.Brinda al público y con pases de tirón lo lleva a los medios,dos series de derechazos y se le queda corto el toro.Naturales y le falta recorrido al toro.Pinchazo perdiendo la muleta,media caida y dos descabellos.Silencio y pitos al toro.

Tendero:1ºColorado,lances de tanteo y sale suelto,puyazo recargando y otro señalando.Inicia con pases por alto y pierde las manos el toro,tiene la embestida descompuesta,naturales y pierde las manos,derechazos y el público le pide que abrevie.Pinchazos hondos y tres descabellos.Silencio. 2º Negro listón,sale suelto de los lances el toro,puyazo y huye,otro cargando con un pitón y pierde las manos.
Brinda al público,pases por alto y vuelve a perder las manos,derechazos hacia afuera y naturales,pinchazo estocada y dos descabellos.Silencio y pitos al toro.
Es todo por hoy,un abrazo.


A.V.

ALIPIO PÉREZ TABERNERO

ALIPIO PÉREZ TABERNERO

«El semental es la pieza clave de la ganadería»

Alipio Pérez Tabernero Sánchez nace en Salamanca, pero desde los cuatro años, cuandopor desgracia fallece su madre, vive en la finca de ‘Matilla’ en compañía de su padre y su abuela Lucía. ‘Matilla’ será desde entonces el feudo y el orgullo de este hombre de bien y veterano ganadero charro.Recuerda Alipio, hoy, con nostalgia, aquella época, en la que su padre tuvo que trabajar y la fe católica».

Con la amabilidad y la sinceridad que le caracterizan, Alipio me confesó, sonriendo, que «la primera ganadería que tuvo su padre fue un cóctel formado por Veragua y Miura, algo inaudito, tanto entonces como ahora, que no dejó de llamar la atención en la época». Duró poco el extraño experimento, hasta que en el año 1917 compró vacas y sementales de Graciliano de encaste Santa Coloma, más un semental de nombre ‘Cristalino’ línea Ibarra. Pasan los años y por ‘Matilla’ vienen a tentar toreros famosos de entonces, como Vicente Barrera, los Bienvenida, Domingo Ortega... Y, es ahí, donde Alipio decide torear.

Se hace novillero
Empieza a tentar en ‘Matilla’ y en las fincas de Graciliano, Antonio Pérez, Atanasio y otras y se hace novillero. Una vez más, con sonrisa franca, me responde, cuando le pregunto que por qué no tomó la alternativa, «primero por respeto a su padre, que no quería que fuera torero», pero también, y aquí afloró la sinceridad, porque «él mismo reconoció que no servía y, porque de valor, tampoco andaba muy ‘sobrao’». Como última excusa puso que «a punto estuvo de tomarla con una corrida de Manolo Arranz en Francia, pero unos días antes, toreando se rompió el talón de Aquiles. Pensó entonces que sería cosa de Dios el no tomarla y así lo decidió».

Metidos ya en los tiempos que corren y después de todo lo que ha visto y vivido, Alipio discierne entre lo que era una corrida antes y lo que es ahora. «Para mí, la corrida ha cambiado mucho y ha perdido una barbaridad. Antiguamente, a los toros los paraban los banderilleros y daba gusto ver cómo los corrían a una mano El Boni, El Alpargatero y otros muchos. El matador estaba pendiente de cómo embestía el toro por uno y otro pitón. En aquella época, el matador era el que sacaba al toro del caballo; hoy, se han cambiado las tornas y el matador es el que torea de capote de salida y el banderillero el que saca al toro del caballo».

Victorino y Guardiola
«De la suerte de varas, estoy convencido, sólo se les hace bien a los toros de dos ganaderías: Victorino y Guardiola. A estos toros se les hacen mejor las cosas, los ponen de lejos al caballo y permiten que se refresquen. A los toros de los demás, les pegan el puyazo de cualquier manera, les tapan la salida y los asesinan en el primer encuentro».

Los ganaderos «también lo tenemos más difícil, hay bastantes más y, a consecuencia de eso, muchos más toros. Ahora, el ganadero está en manos y en las decisiones que quieran tomar los toreros y los empresarios. Pero, aunque pueda parecer extraño, las figuras de todos los tiempos han mandado y mandan, han pedido y piden el tipo de toro que les gusta y el que les apetece. Siempre un tipo de toro que embista y mejor le vaya a cada uno de ellos.
El toro ha cambiado, ahora es más bravo que antes, pero mucho menos fiero. Siendo así, es mucho más colaborador con el torero. El toro de ahora se arranca tras la insistencia del matador. Antiguamente, a un toro le decías ¡ja! y te pegaba veinte arrancadas seguidas, hoy hay que decirle ¡ja! ¡ja! ¡ja! veinte veces para que te embista una».

El público «también es distinto, y el que acude a las plazas sólo piensa en la faena de muleta. Si un toro acude dos veces al caballo, protestan. Por otra parte, y es algo que no se entiende, si no se le pica, muchos aplauden. ¡Esto está al revés, patas arriba!».

Acto social
Hoy, «lo único que interesa es la faena de muleta y que el toro tenga ochenta muletazos. Otra de las cosas que he podido observar es que antes había más aficionados que ahora. Hay mucho público que va por el mero hecho de ir, porque son las fiestas patronales de su ciudad y acudir a los toros y a las corridas se ha convertido en un acto social. Tienes que estar para que te vean, y el vecino y los demás te saluden y no se pierdan ripio».

El cambio más drástico que ha sufrido la fiesta «se produce desde los años de El Cordobés. A partir de ahí, se pide un toro menos fiero y mucho más colaborador, un toro que deje estar, que no agobie y que, en el último tercio, permita torearlo cuanto más mejor».

El Capea y Gallo
Alipio asegura que «siempre han existido grandes toreros y ahora también, aunque muy pocos tienen los seguidores y el apasionamiento que algunos despertaban antiguamente. Los novilleros juegan, como ha ocurrido siempre, un papel muy importante. Son los que crean expectación y esperanza en los aficionados. Los hay que pueden decir mucho y yo me alegro, como lo hago por esas dos futuras promesas charras que son El Capea y Gallo. Les deseo mucha suerte y que lleguen a lo más alto».

En las corridas «me emociono mucho menos que antes, veo torear bien, pero sin que me llene. Al toro lo veo sin movilidad y sin esa agresividad que debería de tener. Recuerdo que antes, cuando a un toro le pegabas los muletazos, oías el choque de las banderillas, porque se fundían la fiereza, el recorrido y la alegría en la embestida. Hoy se oye más el jadeo de la respiración del toro debido a la poca fiereza y a la escasa fuerza».

Fe en el semental
La ganadería tiene «sus momentos, unas veces está arriba y otras abajo. Las causas pueden ser varias, pero yo sigo pensando que un buen semental puede ponerte la ganadería en lo más alto, o, por el contrario, te la puede perjudicar y retrasar mucho. Estoy convencido de que en la selección el buen semental pone en rasgos positivos, más del 80 por ciento».
Hablando de los toreros del momento, «tengo que decir que a muchos les falta ambición, variedad y personalidad. En mi época, Domingo Ortega no se parecía en nada a Victoriano de la Serna, y éste era totalmente distinto a Cagancho. Tampoco Armillita ni Gitanillo de Triana tenían nada en común. Como tampoco Manolete y Arruza eran un calco en nada. Los de ahora torean muy bien, pero vistos por detrás no sabes quién es quién».

Muchos, buenos, regulares y malos momentos recuerda Alipio, pero no acabaríamos nunca. Recuerda una novillada que toreó con Montero y Pedrés en la que pasó mucho miedo. Tanto, que Pedrés llegó a decirle que «ni siquiera se había despeinado».

Ha sido tan drástico para él el cambio en el mundo de los toros, que no se explica que «ahora, en la finca, los toros escapen de los caballos y, sin embargo, se dejen llegar sin problemas con los coches». Pero como recuerdo preferente, no olvidará nunca al que fue su amigo íntimo y torero de la casa, el maestro Julio Robles. Para Alipio, «Robles fue como un hijo más». Para Julio, su amigo el ganadero de ‘Matilla’, «El Jefe».

Fuente: David Montero. La Glorieta Digital. 

miércoles, mayo 25, 2011

ALIPIO PEREZ TABERNERO: "EL JEFE"

Alipio Pérez Tabernero: «El semental es la pieza clave de la ganadería»


Alipio Pérez Tabernero Sánchez nace en Salamanca, pero desde los cuatro años, cuandopor desgracia fallece su madre, vive en la finca de ‘Matilla’ en compañía de su padre y su abuela Lucía. ‘Matilla’ será desde entonces el feudo y el orgullo de este hombre de bien y veterano ganadero charro.
Recuerda Alipio, hoy, con nostalgia, aquella época, en la que su padre tuvo que trabajar y la fe católica».
Con la amabilidad y la sinceridad que le caracterizan, Alipio me confesó, sonriendo, que «la primera ganadería que tuvo su padre fue un cóctel formado por Veragua y Miura, algo inaudito, tanto entonces como ahora, que no dejó de llamar la atención en la época». Duró poco el extraño experimento, hasta que en el año 1917 compró vacas y sementales de Graciliano de encaste Santa Coloma, más un semental de nombre ‘Cristalino’ línea Ibarra. Pasan los años y por ‘Matilla’ vienen a tentar toreros famosos de entonces, como Vicente Barrera, los Bienvenida, Domingo Ortega... Y, es ahí, donde Alipio decide torear.
Se hace novillero
Empieza a tentar en ‘Matilla’ y en las fincas de Graciliano, Antonio Pérez, Atanasio y otras y se hace novillero. Una vez más, con sonrisa franca, me responde, cuando le pregunto que por qué no tomó la alternativa, «primero por respeto a su padre, que no quería que fuera torero», pero también, y aquí afloró la sinceridad, porque «él mismo reconoció que no servía y, porque de valor, tampoco andaba muy ‘sobrao’». Como última excusa puso que «a punto estuvo de tomarla con una corrida de Manolo Arranz en Francia, pero unos días antes, toreando se rompió el talón de Aquiles. Pensó entonces que sería cosa de Dios el no tomarla y así lo decidió».
Metidos ya en los tiempos que corren y después de todo lo que ha visto y vivido, Alipio discierne entre lo que era una corrida antes y lo que es ahora. «Para mí, la corrida ha cambiado mucho y ha perdido una barbaridad. Antiguamente, a los toros los paraban los banderilleros y daba gusto ver cómo los corrían a una mano El Boni, El Alpargatero y otros muchos. El matador estaba pendiente de cómo embestía el toro por uno y otro pitón. En aquella época, el matador era el que sacaba al toro del caballo; hoy, se han cambiado las tornas y el matador es el que torea de capote de salida y el banderillero el que saca al toro del caballo».
Victorino y Guardiola
«De la suerte de varas, estoy convencido, sólo se les hace bien a los toros de dos ganaderías: Victorino y Guardiola. A estos toros se les hacen mejor las cosas, los ponen de lejos al caballo y permiten que se refresquen. A los toros de los demás, les pegan el puyazo de cualquier manera, les tapan la salida y los asesinan en el primer encuentro».
Los ganaderos «también lo tenemos más difícil, hay bastantes más y, a consecuencia de eso, muchos más toros. Ahora, el ganadero está en manos y en las decisiones que quieran tomar los toreros y los empresarios. Pero, aunque pueda parecer extraño, las figuras de todos los tiempos han mandado y mandan, han pedido y piden el tipo de toro que les gusta y el que les apetece. Siempre un tipo de toro que embista y mejor le vaya a cada uno de ellos.
El toro ha cambiado, ahora es más bravo que antes, pero mucho menos fiero. Siendo así, es mucho más colaborador con el torero. El toro de ahora se arranca tras la insistencia del matador. Antiguamente, a un toro le decías ¡ja! y te pegaba veinte arrancadas seguidas, hoy hay que decirle ¡ja! ¡ja! ¡ja! veinte veces para que te embista una».
El público «también es distinto, y el que acude a las plazas sólo piensa en la faena de muleta. Si un toro acude dos veces al caballo, protestan. Por otra parte, y es algo que no se entiende, si no se le pica, muchos aplauden. ¡Esto está al revés, patas arriba!».
Acto social
Hoy, «lo único que interesa es la faena de muleta y que el toro tenga ochenta muletazos. Otra de las cosas que he podido observar es que antes había más aficionados que ahora. Hay mucho público que va por el mero hecho de ir, porque son las fiestas patronales de su ciudad y acudir a los toros y a las corridas se ha convertido en un acto social. Tienes que estar para que te vean, y el vecino y los demás te saluden y no se pierdan ripio».
El cambio más drástico que ha sufrido la fiesta «se produce desde los años de El Cordobés. A partir de ahí, se pide un toro menos fiero y mucho más colaborador, un toro que deje estar, que no agobie y que, en el último tercio, permita torearlo cuanto más mejor».
El Capea y Gallo
Alipio asegura que «siempre han existido grandes toreros y ahora también, aunque muy pocos tienen los seguidores y el apasionamiento que algunos despertaban antiguamente. Los novilleros juegan, como ha ocurrido siempre, un papel muy importante. Son los que crean expectación y esperanza en los aficionados. Los hay que pueden decir mucho y yo me alegro, como lo hago por esas dos futuras promesas charras que son El Capea y Gallo. Les deseo mucha suerte y que lleguen a lo más alto».
En las corridas «me emociono mucho menos que antes, veo torear bien, pero sin que me llene. Al toro lo veo sin movilidad y sin esa agresividad que debería de tener. Recuerdo que antes, cuando a un toro le pegabas los muletazos, oías el choque de las banderillas, porque se fundían la fiereza, el recorrido y la alegría en la embestida. Hoy se oye más el jadeo de la respiración del toro debido a la poca fiereza y a la escasa fuerza».
Fé en el semental
La ganadería tiene «sus momentos, unas veces está arriba y otras abajo. Las causas pueden ser varias, pero yo sigo pensando que un buen semental puede ponerte la ganadería en lo más alto, o, por el contrario, te la puede perjudicar y retrasar mucho. Estoy convencido de que en la selección el buen semental pone en rasgos positivos, más del 80 por ciento».
Hablando de los toreros del momento, «tengo que decir que a muchos les falta ambición, variedad y personalidad. En mi época, Domingo Ortega no se parecía en nada a Victoriano de la Serna, y éste era totalmente distinto a Cagancho. Tampoco Armillita ni Gitanillo de Triana tenían nada en común. Como tampoco Manolete y Arruza eran un calco en nada. Los de ahora torean muy bien, pero vistos por detrás no sabes quién es quién».
Muchos, buenos, regulares y malos momentos recuerda Alipio, pero no acabaríamos nunca. Recuerda una novillada que toreó con Montero y Pedrés en la que pasó mucho miedo. Tanto, que Pedrés llegó a decirle que «ni siquiera se había despeinado».
Ha sido tan drástico para él el cambio en el mundo de los toros, que no se explica que «ahora, en la finca, los toros escapen de los caballos y, sin embargo, se dejen llegar sin problemas con los coches». Pero como recuerdo preferente, no olvidará nunca al que fue su amigo íntimo y torero de la casa, el maestro Julio Robles. Para Alipio, «Robles fue como un hijo más». Para Julio, su amigo el ganadero de ‘Matilla’, «El Jefe».

Fuente : David Montero . La Glorieta Digital.

DESPACHO ISIDRIL: 25-05-2011

Toros de Alcurrucen,bien presentados,finos de cabos y bien armados,sobresalió el 4º bueno para la muleta,propio del encaste Nuñez y un 6º manso con tendencia a saltar la valla.

Castella: 1º Verónicas con una rodilla en tierra y media.Primer puyazo y larga coces de salida,en el segundo se arranca de largo y al sentir el hierro sale huido.Se duele en banderillas.Inicio de faena por bajo,cinco derechazos y cambio de mano y remata con el de pecho.Otros seis derechazos y naturales hacia afuera,cambio de mano y más naturales,bonito pase del desdén.Más derechazos,pase de las flores.Estocada en todo lo alto con derrame.Ovación y una oreja. 2º Lances sueltos,dos puyazos cortos,parece reparado de la vista.Inicio de faena sentado en el estribo,un buen trincherazo y derechazos y naturales en corto.1 aviso,pinchazo,entera caida y un descabello.Silbidos al toro y palmas al torero.
Perera: 1º Verónicas sin eco en el tendido,cerdea el toro en el caballo en los dos puyazos.Pronto en banderillas.Muletazos con la derecha,serie de derechazos ligados y naturales,lo derriba con la pata trasera y cae en la cara del toro,se libra de fortuna.Más derechazos y bajonazo más tres descabellos.Silbidos. 2º En el primer puyazo sale huido a toriles y en el segundo recarga.Quite de Adame.Derechazos y naturales el toro se raja y opta por abreviar,estocada trasera y contraria que basta.Silbidos y silencio.

Adame: Confirmación.Lances de tanteo y se va suelto el toro,en las dos entradas al caballo sale huyendo.Quite por chicuelinas y remate con una larga.Palmas.Corta terreno en banderillas.Pases por alto de inicio y lo derriba el toro con la chita,buena serie con la derecha y naturales bajando la mano,derechazos templados,nueva serie de naturales y baja de tono la faena. Manoletinas y estocada atravesada y descabello,palmas y silbatina al toro en el arrastre. 2º Un manso que intentó saltar dos veces, lo brega y sale huido,dos puyazos largos.Derechazos aguantando la embestida descompuesta,palmas. Buena serie de naturales,derechazos y bonito desplante.Muletazos de adorno y media que mata.Petición minoritaria de oreja,fuertes palmas a Adame y silbidos al toro.

Es todo por ahora mataó.
A. V.

La Matilla : Santuario de Sangre Brava

La finca de Matilla, solar de los Gracilianos


Habíamos apurado el segundo café y seguimos hablando de aquellos toros y de aquella ganadería, que un día triste para el Campo Charro, se llevaron Palomo Linares y sus apoderados los Lozano.
El tercero de la saga de los Gracilianos no ha querido ser ganadero de bravo, porque jamás podría tener la ganadería de sus antepasados y porque no soportaría el trasiego y las exigencias de los que ahora mandan en el toro.

Cuentan que una vez apareció por Matilla el veedor de un torero famoso. Cuando le dijo al ganadero que iba a ver los toros, éste señalándole una vereda le dijo que por ella se volvía a Salamanca. Tampoco Graciliano estaría dispuesto a esto, ni a que sus tentaderos fueran una fiesta, como él califica a los de ahora. Los suyos tendrían que ser como los que hacían su abuelo y su padre y, que pudimos ver en varias fotografías, sólo con el mayoral y el vaquero, que a la vez hacía de picador.
Al abandonar la casa al atardecer se oían los turreos de los toros,
pero era en la otra Matilla.

Algo que todavía hoy a pesar del tiempo transcurrido recuerdan todos los aficionados charros, los aficionados de toda España y toreros, empresarios, apoderados y taurinos, son los míticos toros gracilianos. Si hablara hoy de algo que tuvieran que recordar de una ganadería de las de ahora mismo todos ésos que he ‘mentao’, de ninguna de las maneras me habría olvidado de añadir un personaje que da la tabarra, que marea y que manda. Me refiero lógicamente al veedor del torero o del empresario y que no lo sumé a los primeros, porque en la Matilla de los Gracilianos este personajillo ni pisaba.
Como todavía hoy después que termina cualquiera de esas corridas sin aliciente y soporíferas que soportamos ahora y muchos de los aficionados de esas ferias, a la hora de hablar de los inválidos y descastados toros que hemos visto, me recuerdan por ser de Salamanca a los famosos gracilianos, me entró nostalgia de todo eso y quise volver a ese bendito santuario de la sangre brava que fue la Matilla de los Gracilianos.
Gracias a María Cruz, señora de Juan Fabrés y a Juan Ignacio Pérez Tabernero pude ponerme en contacto con Graciliano Pérez Tabernero Lequerica y pedirle, una vez más, que me permitiera volver a Matilla y en la mesa camilla con faldillas y una taza de café volver a hablar de toros. Todavía en el cruce de caminos con la otra Matilla puede verse en un indicador el mítico hierro de la ganadería y la dirección a la casa y a las distintas dependencias.
Una vez más, con respeto atravesé el portalón que permite la entrada a la casa donde vivieron el abuelo y el padre del actual propietario, los Gracilianos, aquellos queridos, admirados y respetados ganaderos salmantinos de bravo. En el amplio recibidor desde el que se tiene acceso al resto de la casa, todo sigue igual que hace años. Allí está disecada y colgada la cabeza del famoso Mesonero semental de la ganadería, otras de toros premiados en plazas importantes, la escultura de Benlliure inspirada en un toro de la casa, fotos de toreros antiguos y otras muchas, que plasman momentos y faenas a toros de la ganadería.
Graciliano Pérez Tabernero Lequerica no tiene ganadería brava. En la finca Matilla donde antes pastaban los bravísimos santacolomas, cría ahora caballos de pura sangre y acude a los hipódromos más que a las plazas de toros. Graciliano lleva, sin embargo, el toro en lo más íntimo y vive con nostalgia los inolvidables recuerdos de otros tiempos. La charla con Graciliano fue sincera, amena e interesante.

Extraña a todos que Graciliano no se haya dedicado a la cría de toros bravos, por eso quise saberlo y su respuesta fue clara y tajante. Graciliano Pérez Tabernero Lequerica no tiene una ganadería brava, porque tendría que ser una más de las de ahora y el toro actual, ni le gusta y mucho menos le convence. Tiene yeguas de pura raza inglesa y se dedica a la cría de caballos. Cuando le pregunto que si le gustaría tener hoy la ganadería que tuvieron su abuelo y su padre, me contesta que siendo igual le encantaría y que daría todo por que así fuera. Sin embargo, es consciente que tal y como están ahora las cosas, sería complicado porque se lidia un tipo de toro muy distinto.

Graci, como le llaman los más íntimos me dice que si hubiera sido ganadero se habría comportado como su abuelo y como su padre, porque cuando se aprende una cosa de pequeño, nunca puedes cambiar ni la idea ni la forma de ver un toro bravo. Tanto su abuelo como su padre tenían la idea de un toro noble, pero bravísimo y nunca la de un toro light, como actualmente se lidia y se estila.
Graciliano está convencido que el rigor y la escrupulosidad que eran las máximas de sus antepasados, siguen siendo la base esencial en la selección de la ganadería. Las vacas en el tentadero tienen que ser auténticamente bravas y tienen que elegirse adecuadamente. Hay que medirlas perfectamente en el caballo y tienen que seguir demostrando su auténtica bravura en el resto de la tienta.

Para Graciliano la ganadería se mantiene con sementales seleccionados con un criterio y un rigor especiales, con mucho tiempo, con reatas de vacas muy probadas, con familias que hayan superado las exigencias en los tentaderos y nunca con las que tuvieron un gran final con el torero, olvidando sus reacciones con el caballo y otros muchos comportamientos a tener en cuenta. También es esencial que tengan un torero delante que sepa hacer bien las cosas, sin permitir, como se hace ahora, que cualquiera le haga tres mil cositas que ni son adecuadas y que ni mucho menos sirven para nada.
Si los Gracilianos elegían sus corridas y las mandaban a las distintas plazas, eso hoy sería imposible nos dice Graciliano, porque todo ha cambiado y ahora el poder tanto de toreros, empresarios y apoderados, es muy superior a la palabra de los señores ganaderos de antaño. El ganadero de antes tenía mando y decidía y ahora hay una serie de personajes alrededor del toro, que ordenan y mandan mucho más que el ganadero dentro de su propia casa.

Para Graciliano Pérez Tabernero Lequerica, que vive en la casa solera de Matilla rodeado de premios y de recuerdos, su mayor nostalgia es recordar un tipo de toro que ya no existe. Las ganaderías que siguen en la procedencia de los gracilianos se han ido adaptando a un tipo de toro más grande, el que se exige hoy. Para Graciliano el toro de su encaste debería tener los cabos muy finos y poco peso. Un toro así y típico de esta ganadería llenaba la plaza, daba espectáculo y tenía mucha movilidad. Ahora se exigen toros por encima de los quinientos kilos y la caja de este toro no los admitiría en ningún caso.
Como es lógico hablamos de los ganaderos de ahora mismo y Graciliano sinceramente piensa que la mayoría de ellos no tienen definida su personalidad, porque lo que hacen realmente es seguir la pauta que les están marcando otros sectores del mundo del toro. Para Graciliano los ganaderos hoy no marcan su propia personalidad y hay muy pocos que desarrollen una idea particular y propia de lo que realmente quieren.

Con todo lo dicho se me ocurre aconsejarle a Graciliano que debería tener una ganadería como la que tuvieron su abuelo y su padre. Sonriente me contesta que le encantaría, pero que eso es imposible, como también lo sería poder encontrar a unos cuantos toreros de los de ahora, que estuvieran dispuestos a ponerse delante de toros como aquéllos.

Fuente: Los apuntes de David Montero. La Glorieta Digital.

martes, mayo 24, 2011

DESPACHO ISIDRIL: 24-05-2011

Hola mataó, así fue la tarde:

J.Mora,1º Verónicas.Un picotazo y un puyazo.Se dobla de inicio y derechazos sin confiarse, le puntea el engaño, naturales al hilo y sufre un achuchón. Buena estocada y silencio. 2º Bien con el capote, puyazo largo y apretando el toro,otro corto.Quite para el olvido.Se libra de cogida el peón.Derechazos,mejor los naturales.Buena estocada y palmas.

Manzanares: 1º Dobla las manos dos veces,lo brega y recibe un puyazo y vuelve a doblar las manos.Al corral. El juez esperó mucho.
Remplazo de Carmen Segovia,verónicas sin confiarse,mansea en el caballo 2 puyazos.Se duele en banderillas y se aquerencia en chiqueros.Lo desarma de inicio,derechazos y silencio,más derechazos y lo desarma,no da un solo natural ¿?,estocada entera arriba y parada.Silencio. 2º Lances sin llegar a fijarlo, puyazo largo y otro corto,dobla las manos.Sale perseguido Curro Javier y se da un costalazo,buen par y saluda. Derechazos sin conectar y con enganchones, tampoco intentó torear por naturales y todos en silencio. Estocada entera y dobla al acercarse a puntillar casi coge al subalterno encargado.Palmas.Así está Madrid.
Cayetano: 1º Lances de recibo y lo desborda el toro,puyazo y picotazo y dobla las manos.Pronto en banderillas.Muletazos de tanteo,derechazos y naturales hacia afuera,silbidos.Estocada arriba y silencio. 2º Trapazos, puyazo largo recargando con las manos y con los cuartos traseros en el aire,otro corto.Voluntario en banderillas.Se le nota falto de oficio, el toro tobillea y queda demostrado que no sabe lidiar,termina por donde debería haber empezado.Estocada de habilidad.(o de chiripa)
El encierro del Torreón bien presentado y nada más.Se apuntaron por ser de procedencia del monodescaste y les fue mal.
El juez de la corrida fue Muñoz Infante(a)Mala cara.
Un abrazo.

A. V.

VICTORIANO DE LA SERNA

VICTORIANO DE LA SERNA


Cien años atrás, Sepúlveda alumbró un genio: Victoriano de la Serna (1908-1981). Un siglo que no ha borrado su nombre de las arenas y los ruedos del tiempo, porque sólo la excelencia envejece con grandeza en la barrica de la historia. La Serna nació al toreo un 28 de julio, la tarde de su presentación de novillero en Madrid. El impacto fue tal (“alborozadamente se le recibe como un revolucionario del estilo de torear pues sus virtudes con la muleta son parejas a su estilo con el capote”, escribía José María de Cossío, errático en la fecha de nacimiento: 1910) que sólo dieciséis novilladas y un par de meses después se convertiría en matador de toros en la misma plaza, apoderado por El Papa Negro. Félix Rodríguez, frustrado mago de la elegancia, un espejo de toreros según todas las fuentes consultadas, le estrecha la mano en presencia de Pepe Bienvenida.

       La figura de Victoriano de la Serna se enclava en mitad de la mal llamada Edad de Plata (1920-1936), auténtica época de Oro, que alza el telón al despavorido grito de “¡a Joselito lo ha matado un toro!”, cuando una pléyade de grandiosos toreros sale a escena a desarrollar los preceptos dictados por Juan Belmonte en los ruedos y se sumergen en la sima abierta, con el toro tremendo y sin pulir de los años veinte y recentales treinta. La lista de fenomenales artistas pugna con la de víctimas mortales: más de cuarenta novilleros caen en esos años sin penicilina siguiendo la estela de la ola abelmontada. Impresiona la nómina de pioneros del nuevo concepto que juega los brazos, no las piernas: Manuel Jiménez «Chicuelo», cuya aportación a la historia (instaura el ritmo del toreo moderno y la ligazón) todavía se difumina huérfana del justo reconocimiento; El Niño de la Palma, que inspira el titular de titulares «Es de Ronda y se llama Cayetano»; Antonio Márquez, el Belmonte rubio de exquisita media; Armillita Chico, el Joselito mexicano, y Lorenzo Garza y El Soldado, que desde aquellas tierras ponen en un brete a los españoles; Manolo Bienvenida, pletórico y arrollador hasta su prematura enfermedad que apuntilla su existencia y la carrera más alta de un Bienvenida; su hermano Pepote, no sólo uno de los mejores banderilleros de todos los tiempos; Domingo Ortega, domador de látigo de seda, inteligencia natural, coreógrafo de la templada danza continua con los toros, valls que dura hasta más allá del guerra fratricida que parte España y la historia del toreo; la muerte y el llanto por Ignacio Sánchez Mejías, ilustrado cojonero, personaje literario a las cinco de la tarde lorquianas; el vallisoletano Fernando Domínguez que versó Duyos; las deslumbrantes tallas de Cagancho y Curro Puya, también centenarios desde 2003, grandiosos artistas de la verónica profunda: «Yo me llamo Curro Puya/por la tierra y por la mar/ y en el barrio de Triana/ la piedra fundamental”. Y Marcial Lalanda, el gran Marcial, el Más Grande, que admira a La Serna profundamente desde su poder: “Fue un torero desconcertante. Yo creo que el calificativo de torero sólo podía aplicársele cuando decían las gentes que estaba mal y que a mí no me lo parecía. Entonces era cuando toreaba, cuando era torero. Por el contrario, cuando estaba bien, Victoriano no era torero, era un poeta que recitaba dibujando toda la calenturienta fantasía de un sueño con el toro y sobre el toro. La Serna me pareció algunas tardes un concierto de majestuosas composiciones plásticas impropias de un ser normal”. Y es que Victoriano de la Serna no respondía a los parámetros de la “normalidad” en ninguna de las facetas de su vida. Sentía horror ante la vulgaridad, escribió el historiador Néstor Lujan.

        Victoriano de la Serna forma parte de los estilistas (término reduccionista) de la Edad dorada de Plata evolucionan/revolucionan el toreo, la verónica especialmente, porque de la verónica nace todo. Pero la personalidad de La Serna lo hace único e irrepetible intérprete que atalona en firme el lance y lo enfrontila, con las manos, las dos, muy, muy, bajas, como no ha toreado nadie, con la embestida traída por delante, con el capote yerto, con un aura vaga y onírica. Pepe Ortiz, increíble orfebre mexicano de suertes, recordaba con sentida admiración la mágica tarde del 8 de mayo de en 1932 en que Victoriano de la Serna atrajo las luces del mundo entero sobre su perfecta figura. Aquella tarde, llamada “de los trajes blancos” porque coinciden en plata y colores claros en Madrid Joaquín Rodríguez “Cagancho”, La Serna y Chucho Solórzano, la rememora Ortiz con la nitidez de lo imborrable: “Vestía de plata, lo que acentuaba con luz la verticalidad de su figura casi enfrentada con el toro; pero el secreto de su lance estaba en su manera de esperarlo y en lo horizontal, en cómo traía el toro con la capa abierta ante sí, casi tendida, más en una atmósfera de milagro que sobre la arena. Tuvo Victoriano la virtud de eliminar de la verónica todo movimiento superfluo. Ejecutaba el lance muy por delante, moviendo únicamente los brazos, y después ni ellos. En el último tiempo de la verónica, toreaba tan sólo con la cintura”. Victoriano de la Serna, hombre de carácter volcánico y atronador, envenenó, como se escribió en su momento, el toreo. Robert Ryan eleva a la categoría de mito aquella tarde de primavera: “Hay hitos en el toreo por verónicas, lances que perduran con fuerza de mito, contados literalmente: las cuatro que en Madrid consagraron a Victoriano de la Serna; cuatro que en cuanto al asombro que causaron tienen por parangón único, en la misma plaza, las cinco sin enmendarse de Belmonte en 1913”.

        La Serna le imprime sello a la verónica propio al enfrontilar el lance que habían labrado con fuerza los monumentales Cagancho y Gitanillo de Triana (Curro Puya), dos fuera de serie del capote del lado trianero de Sevilla, de la orilla barroca del Guadalquivir que vive enfrente del sevillanismo alado de Chicuelo. Y cuando La Serna torea con el medio pecho ofrecido como ellos, la suerte cargada, la verónica ligada –sin ligazón, aislada, no se concibe-, nada envidia a los agitanados primos que provocaron a los poetas y a las musas. La verónica es a su vez otra musa, que inspira a trovadores y escribas del toreo. A todos los grandes del lance, los encadena el temple, les une el tiempo parado, el tiempo que detienen, la lentitud frente a los trenes que se les vienen como aquellos toros fieros de los años 30. La virtud clave, el nudo gordiano, se concreta en que siempre traen el toro muy toreado por delante, muy enganchado, embebido y sometido el viaje, gobernado; no son artistas del lance hecho, de la composición postural ante el espejo

        En esos dieciséis años (1920-1936) se concentran los máximos estetas y revolucionarios, o continuadores, o apóstoles de la revolución de Juan, del toreo de capa. No crean nada, pero ahondan y profundizan en los preceptos belmontinos. Y los desarrollan. Según Pepe Alameda, hay toreros que son intérpretes (los llama heterodoxos, y a Victoriano de la Serna le dedica un capítulo entero, por su toreo “intransitivo”, precisamente en su libro del mismo nombre: “Los heterodoxos del toreo”) y hay toreros que inventan el toreo (los llama arquitectos). “Ojo, las invenciones no se limitan a la creación de las nuevas suertes. Sin despreciar a estos maestros, los inventores más notables del toreo son aquellos que profundizan o cambian la ejecución de las suertes” (Carlos Arévalo). La Serna se encuadra en los notables de la historia.

        Mas Victoriano de la Serna también creó: el pase lasernista o pase de la bandera, el pase de las flores, bautizado así por el cuadro de Ruano Llopis que refleja un ramo cayendo, y la lasernina, antecedente inmediato de la manoletina pero sin agarrar la muleta por detrás. El pase de las flores que, por cierto, lo interpretaba el genio sepulvedano como broche y no apertura de serie, confundido tantas veces con la capeína en las ondas enredadas de las televisiones. Tampoco es al paso aunque haya que ganárselo al muletazo de salida para ligarle el cambio por la espalda reuniendo las zapatillas luego. Pero la “creación” con que se ganó la eternidad se concentra en la verónica. A sus siete hijos les repetía, con sorna y exageración, porque fue mucho más que eso, que cuatro lances le habían dado para levantarse toda la vida a las doce del mediodía, comprar una finca y formar una familia. Odiaba a Domingo Ortega porque representaba el domino y el poder diarios frente a sus inspiradas y alternas obras (en una mano a mano en Valencia decantado hacia el Paleto de Borox, le avisó: “Mañana los periódicos hablarán de mí y no de ti, cebollero”; y se dejó un toro vivo. Los diarios del día siguiente titularon con La Serna, y debajo añadían: “Domingo Ortega corta cinco orejas”), cuajó una amistad profunda, y epistolar, con Fernando Domínguez (“torear es hundirse con los toros, no elevarse”) y admiró desde su retiro a Pepe Luis Vázquez, Sócrates de San Bernardo. La Guerra Civil quebró su carrera como la de tantos otros; se despidió en Madrid en 1944 cortando una oreja al lado de El Estudiante y Joaquín Albaicín. Y definitivamente se despidió de la vida en 1981. Ni la muerte admitió como un vulgar trámite. Como aquella tarde en que la afición madrileña tomó partido por los toreros mexicanos con el convenio en juego, y al grito de “¡viva España y los toreros españoles!”, se inmoló entre los pitones, lenguas de fuego que en el 81 estallaron arrastrando un eco posterior de silencio y la letra pequeña de su pasodoble: “Victoriano de la Serna, por tu arte, ningún torero podrá igualarte...”

          
       Nota: la figura de Victoriano de la Serna reivindica la época más gloriosa de la Historia del Toreo. En ninguna otra se toreó a la verónica con las manos tan bajas. Cuando Juan Belmonte regresó en 1934 se encontró otro lance al que había dejado; el toreo pulido y evolucionado sobre sus propias leyes.

 ZABALA DE LA SERNA (Cuadernos de Tauromaquia) 26/01/2009
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