Juan Mora es el torero más digno de esta época. Un ejemplo por su categoría artística, además de un hombre que va por el mundo aireando la bandera de la verdad y la dignidad. Un modelo de torero del que debiéramos asomarnos a su brocal para aprender de Tauromaquia con toda la transparencia, lejos de las formas que se educan a los nuevos aficionados –al interés del sistema y bajo el paraguas del triunfalismo-.
El de Plasencia, uno de los muy poquitos que merecen ser distinguidos con el sello de maestro en la actualidad, desde que quiso ser torero recibió de su padre, el inolvidable Pepe Mirabeleño, el consejo de beber de las aguas de la honradez y saber impregnarse una verdad que quieren orillar quienes manejan esta Fiesta. Quienes quieren orillarla porque ahora hay demasiada mentira, mucho exceso de intereses y bastante charlatanería, algo en las antípodas de quien es un hombre recto que va siempre con la verdad por delante. Una persona que siempre tuvo presente que un apretón de manos sellaba el trato más serio y no necesitaba de la firma de un notario.
Ahora, en este martes de Cuaresma, Juan ha revolucionado twitter para brillar, otra vez más, su integridad. El primero tuit surge al estar en las quinielas de la Feria de San Isidro barajadas en la últimas fechas y salir al paso para explicar que nadie habló con él; mientras que el segundo lo hizo para aclarar al empresario el fondo que no entendió del primero. Porque muchas veces quienes guían el volante del torero no están más que a la defensiva. Sin embargo lo que de verdad fastidia de esto, a mi y a cualquier aficionado, es que se nos ha privado de un maestro, otra vez más, en la Feria de San Isidro. De un torero que engrandece la Tauromaquia y es el espejo para que se miren los nuevos aficionados. Juan Mora es en estos años lo que trajo para los chavales de los 80 la frescura de Manolo Vázquez y Antoñete en su histórica reaparición. Aunque a Juan Mora, el ‘sistema’ que mangonea la Fiesta, apenas lo deje y le de sitio para demostrar su exquisita torería.
Nos privarán de él próximo ciclo madrileño, pero nadie nos privará de seguir aprendiendo sus lecciones de la vida, de ser tan íntegro y tan puro; sin dejar que lo hagan un cercado, al igual que ocurre con la mayoría de los espadas. Porque a un alto número de participantes en San Isidro le han comunicado -¡¡¡vía wasap!!!- que estarán presentes en la feria, pero se acartelan sin la clásica negociación de despacho, a merced del gusto del empresario, quien después le liquidará a su antojo. Porque este año, excepto para las llamadas figuras, las liquidaciones de Madrid van a traer muchas sorpresas e infinidad de lágrimas. ¡Al tiempo!
Y es que, aunque no nos dejen disfrutar del arte supremo de Juan Mora, nos queda su dignidad demostrada, de nuevo, esta tarde para coger el toro por los cuernos y anticiparse a quienes han intentado lucrarse con su glorioso nombre.
Una respuesta cargada de tanta verdad como su toreo al trilero de Simón Casas.Algo que los aduladores de la prensa no se atreven a echarle en cara.Me imagino el tremendo riesgo de las no "figuras"cuando les liquide sus estipendios como tiene por hábito.Y si no lo más reciente con Finito.A Casas le falta el turbante,la baraja de cartas,la bola de cristal y la culebra como atrezo.
ResponderEliminarDocurdó.
Pocho:
ResponderEliminarY esa tranquilidad con que el maestro le ha cantado las cuarenta al señor productor. Pero lo malo es que lo que debía ser lo habitual, por no serlo lo vemos cómo algo extraordinario, aunque siempre sea de agradecer.
Un abrazo