EL EJE DE LA LIDIA

EL EJE DE LA LIDIA
"Normalmente, el primer puyazo lo toman bien los toros, y si ése fuera el único del tercio, todos parecerían bravos. En el segundo ya empiezan a dar síntomas de su categoría de bravura. Y es en el tercero donde se define de verdad si el toro es bravo o no. En el tercer puyazo casi todos los toros cantan la gallina, se suele decir". JOAQUÍN VIDAL : "El Toreo es Grandeza". Foto: "Jardinero" de la Ganadería los Maños, primera de cuatro entradas al caballo. Corrida Concurso VIC FEZENSAC 2017. Foto : Pocho Paccini Bustos.

viernes, octubre 22, 2021

CUENTOS DEL VIEJO MAYORAL: Historia de "DIANO" de VICENTE MARTÍNEZ

 "Si cruzo con un toro escogido en tienta y la cruza no me resulta...seguiré sin saber si la culpa es del toro traído de fuera o de mis vacas. En cambio, como el "DIANO" .... es un buen raceador, si la cruza no liga, ya no hay incógnita posible y mando todas las vacas al matadero...."

Nos disponíamos a regresar a Colmenar. Estábamos delante de la casa de "El Soto", ya subidos a caballo, diciendo esas cosas que se ocurren a última hora, cuando el guarda - que se las daba de gracioso - salió con una de sus ocurrencias.
- Miren, miren hacia "La Manigua"... "pa" que luego digan que no hay fantasmas!
En efecto, echando la vista en aquella dirección, vimos algo extraño que relucía mucho al sol poniente y que caminando de prisa, se tapaba y destapaba entre las matas de fresno. Uno de los vaqueros dijo:
- Es un caballo tirando de una bicicleta.
- Un poquito de formalidad¡¡¡  - le contesté yo.
Entonces tu padre me mandó que me adelantase a ver qué era aquello. Piqué espuelas a mi yegua y salí a galope; a mí me espoleaba la curiosidad. Y cuando ya me iba acercando...
- Eh¡¡¡ El del coche¡¡¡ Mucho cuidado, que a su izquierdo hay una talla!!!!
Un señor, montado en un tílburi, coche desconocido en todos estos contornos, iba viendo vaca por vaca, como si fuera a pie, sin reparar mucho por donde se metía.
Al sentir mis voces giró en redondo y vino a mi encuentro.
- Señor marqués!!! - le dije - Quién se podria figurar que anduviera usted por aquí ?
Nos saludamos como antiguos conocidos que éramos. Me preguntó por el señorito, y le dije que casualmente estaba en la finca y que no tardaría en llegar. 
- Pues llevo un buen rato buscando al  "DIANO" y no consigo encontrarlo.
-Dificilillo es el asunto. Porque no está aquí, sino en "Santillana".
- Y queda "eso" muy lejos?
- No, pero para el caso como si lo estuviese, ya que no hay tarde disponible. Otro día lo verá usted.
- Yo sabía que teníais aquí las vacas paridas y me figuré que esto sería el lote del famoso toro. En cambio, he visto uno con el hierro de Parladé. 
- Y no le ha dado un susto?...Porque tiene malas pulgas...
- Es el "Vinagrero" ?
Quía! Ese es un alma cándida. Se trata del "Ramito", que es más joven y con peor "chimenea".
- Entonces eché el paseo en balde. Cuando he visto a ese "pájaro" ya me temía que con él no estuviera el semental anciano.
- Aquí cada piara tiene su toro, para que no haya dudas luego.
En esto, llegaba tu padre...
- Querido Julián! Estoy inspeccionando su ganadería!
En nuestra casa puede hacer lo que guste, con toda libertad... Que tal le va al amigo Villagodio?
Y le contó los propósitos de su viaje, que habían resultado fallidos.
- Con el deseo que tengo yo de ver ese toro!
- Pues crea que ya casi no merece la pena. No es ni sombra de lo que fue. Está viejo?
- Hecho una ruina. Sin morrillo, con canas, pelado a trechos, con los cuernos romos, con un tumor en el primer 3 de su número 33, con mucha badana... Parece un buey del carro.
- Qué interesante es todo eso!!!!
- Si me hubiera usted avisado, le habríamos sacado al camino.
- Se me ocurrió de pronto la idea del viaje. El proyecto de hacerle no es de ayer... Habrá agua fresca en el caserío?
- Está deliciosa: la acabo de tomar y es quizá lo único que puedo ofrecerle.
- Pues dé su caballo al vaquero y suba al coche. Vamos a probar esa riquísima agua y luego le dejo en su casa al pasar por el pueblo.
Sentados en la mesita del comedor colocada frente a la reja grande, el marqués entre sorbo y sorbo, le dijo a tu padre:
- Mire Julián, el verdadero objeto de mi venida es comprar el "Diano".
- Pero... Se vende?
-Yo creo se debe vender. A ustedes ya no le hace ninguna falta. La ganadería está transformada por completo y, a mayor abundamiento, parece que los dos parladés han resultado verdaderos continuadores de la obra. En cambio, yo estoy firmemente decidido a cruzar mi vacada.
- Muy bien pensado. Santa Coloma, cuya ganadería es la de moda, le venderá con mucho gusto un eral.
- No puede ser, por lo que ahora le diré. Mis toros no salen buenos, si hemos de creer a los matadores. Sin embargo, yo estimo que las vacas muy apuradas en la tienta son superiores. Puede consistir entonces el fallo en los sementales que vengo echando, o quizá esté la razón en que siendo las vacas bravas, por el motivo que sea, paren hijos de peor condición.
- Y que tiene que ver el "DIANO" con todo eso?
- Déjeme usted acabar. Si cruzo con un toro escogido en tienta y la cruza no me resulta...
- Porque no va resultar?
- ...Seguiré sin saber si la culpa es del toro traído de fuera o de mis vacas. En cambio, como el "DIANO" tiene sobradísimamente demostrado que es un buen raceador, si la cruza no liga, ya no hay incógnita posible y mando todas las vacas al matadero. Como ve, el asunto está bien estudiado y usted no puede negarse a facilitar la experiencia.
- Pues lo siento mucho, marqués. Pero del "DIANO" yo no pienso deshacerme nunca.
- Le advierto que estoy dispuesto a pagar por él lo que les costase en 1904...
 No es en ese año cuando lo adquirieron?
- No crea usted que fue una exageración, ni mucho menos, lo que se pagó por él.
- Bien. Voy a hablar más claro. Pagaré por el toro sin <<regatear>> lo que usted me pida... Entendido?
- No puedo, aparte de otras consideraciones, aceptar su proposición porque sería un verdadero timo por mi parte. El toro - ahora si que siento que no le haya visto - está acabado, tiene diecisiete años cumplidos. Posiblemente ni llegaría vivo a Zamora.
- Eso no es cuenta de usted. Aquí mismo se encajona y antes le pago. Si se muere en el camino, mala suerte.
Tanto insistió que tu padre, ya no sabiendo qué contestar, le dijo que la mayor partícipe de la ganadería era su tía Vicenta, la que vivía de las dos hijas de don Vicente Martínez, y que nada podía hacerse sin contar con ella.
- Pues muy bien. Las mujeres suelen tener otra manera de enfocar los asuntos, más desapasionada que la nuestra. Tenga usted la bondad de consultarla, o si lo prefiere, iré yo mismo a visitar a esa señora. Estoy seguro de que accederá.
 Tu padre estaba bien cierto de lo contrario, pero como se había comprometido a consultar, no quiso dejar de hacerlo. Su tía le contestó muy extrañada: Ya sabes que tienes carta blanca  para proceder como quieras en el asunto de la ganadería. Pero te agradezco que esta vez no hayas resuelto sin consultarme, porque mi deseo es que ese toro se muera de viejo en casa... Es lo menos que podemos hacer con el pobre  "DIANO" !!!
- Estaba seguro que ese sería tu parecer, que coincide con el mío, pero como Villagodio insistió tantísimo, he querido reforzar mi petición, o sea mi negativa rotunda, preguntándote sobre el particular.
El marqués, cuando se desengañó totalmente, compró un semental de Santa Coloma, pero la cruza no resultó, y habiendo muerto al poco tiempo, su viuda vendió la ganadería a Ignacio Sánchez, de Salamanca, el cual luego la cedió a un señor de Valladolid que se llamaba Pimentel.

Y una noche muy cruda de enero de 1920 murió el "DIANO" en el <<Cierro de la Parra>>. Su cabeza muy mal disecada por cierto, estuvo durante muchos días expuesta en el escaparate de "El Alfombrista", donde hoy está el bar Regio. Se quiso curtir la piel entera, pero se cuarteó por todos los sitios. Algún periódico taurino llegó a publicar la esquela de defunción. Me parece que fue "The Times", que dirigía don Isidro Amorós. Como el famoso toro iba con el siglo, tenía veinte años, y en el tiempo que vivió tuvo 756 hijos, entre machos y hembras, como dice ese cuadro que está en el despacho de tu casa, que yo tengo bien visto, porque cae enfrente a la silla en que me siento todas las noches...

Fuente:  transcrito in extenso del semanario gráfico de los toros:  El Ruedo. Año XII.
Cortesía de Germán Urrutia Campos.

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