Talavante ha hecho el toreo de verdad, el arriesgado y profundo, el que emociona; Ponce, por el contrario, el de posturas y pasarse lejos al toro sin invadir sus espacios, el toreo ventajosa.
Foto: Tito Vega
Por Gustavo Ortiz:
Siguiendo con la tónica del toro colaborador y obediente, los toros de Juan Pedro Domecq no han querido salirse del guion y han mostrado poca emoción para quien gusta del toro encastado. Con la ya casi desterrada suerte de varas de nuestra plaza, el nulo duelo de quites y el trámite cumplidor de banderillas es que uno tiene que pasar casi por obligación a redactar lo sucedido en la muleta.
Es en este último tercio en donde se ha podido apreciar tauromaquias muy personales; y es que Talavante –y también Adame por momentos- vino a Acho con un concepto muy distinto al otro torero del cartel, Enrique Ponce. Quien escribe quiere dejar en claro las diferencias mostradas entre los dos toreros españoles, que a la sazón fueron los más aplaudidos:
Uno citaba de frente, dando el pecho y la cara al toro, con la muleta planchada; el otro citaba, las más de las veces, extrañamente con la muleta demasiado oblicua al hilo del pitón. Uno intentaba traer al toro con la panza de la muleta, lo que producía que se pasara al toro cerca y con mucha emoción. El otro, por el contrario, llevaba al toro casi siempre con el pico, produciendo así un “toreo” despegado, de lejanías, de periferia. Uno, luego de pasarse al toro cerca, remataba sus mandones naturales y derechazos hasta donde le permitía su cadera, siempre recto él; el otro, en cambio, mostraba una peculiar y forzada verticalidad luego de encorsetarse -“arrimarse” si usted amable lector quiere- al toro cuando ya el animal mucho que había pasado. Uno se atornillaba en la arena y ligaba muletazos tratando de torear en una baldosa; el otro, por lo general, perdía pasos para seguir fuera de cacho y hacer su toreo periférico. Uno inicia su faena con intensidad queriéndose fajar de rodillas, algo que no agrada mucho a quién escribe, pero que reconoce las ganas del torero; el otro empieza sus faenas en plan enfermero, siempre por arriba para no exigir al toro; y claro, el endeble Domecq lo demandaba.
Incluso con la espada han mostrado también sus diferencias, uno intentó entrar recto y despacio; el otro –ya es sabido que no es su especialidad- apunta a donde sea y olvidándose de la labor de la mano izquierda. Ese uno es, por supuesto, Alejandro Talavante, el otro es Enrique Ponce.
Como se ve, son abismales las diferencias entre un toreo y otro.
Alguno me podrá objetar diciendo "es que se enfrentaron a toros diferentes", claro que sí, pero valgan verdades la tónica de los Domecqs ha sido limitarse a colaborar y embestir noblemente (con más y menos defectos) sin codicia alguna en la muleta, es decir, no salirse del guion de la obediencia. Y lástima que no se pudieron expresar mucho en el capote, los blandos Domecqs no lo permitían, había que cuidarlos en los primeros tercios.
En definitiva, Talavante ha hecho el toreo de verdad, el arriesgado y profundo, el que emociona; Ponce, por el contrario, el de posturas y pasarse lejos al toro sin invadir sus espacios, el toreo ventajista.
Por último y no menos importante, Adame vino también a querer impresionar con el toreo bueno. Es decir, también quiso diferenciarse. En su primero logró tandas de derechazos largos y con empaque; en su segundo, citando de frente, logra buenos derechazos y naturales, con poco arte eso sí, que parece que no es lo suyo. En ambas faenas quiere acabar en tremendismo, opacando el toreo bueno de sus inicios de faena. Con la espada, sin efectividad en ambos toros. Se le aplaude la labor y uno se queda con las ganas de verlo con el toro exigente, el que demanda poder, y es que al fin y al cabo, parece ser lo suyo.
Lima (Perú). Domingo 27 de noviembre de 2016. Toros de Juan Pedro Domecq (5º premiado con la vuelta al ruedo) para Enrique Ponce, oreja con petición de la segunda y vuelta al ruedo; Alejandro Talavante,saludos y oreja; Joselito Adame, oreja y saludos.
Fuente: http://www.purezayemocion.com/movil/noticia/4418/cronicas/talavante-marca-la-diferencia-en-otra-tarde-sin-toros.html
Ahora según el reseñador taurino y promotor de la empresa resulta que después de 70 años descubre que el ruedo de Acho es muy grande para los toros (Miau)actuales.Están echando gatos por toros y no desvelamos nada.Precios y plaza de primera con toretes de tercera y además con las fuerzas justas.
ResponderEliminarE.A.V.
Una empresa responsable tiene que ser consciente que el espectáculo del arte del toreo sólo puede llegar a la plenitud con el TORO como debe ser y no lo que está saliendo por toriles.Las características esenciales del TORO que esperamos ver y el alto costo de las entradas lo amerita.La afición no tiene protagonismo alguno más que en la taquilla,de toros y toreros no está ni se le espera.
ResponderEliminarM.D.S.